Misiones: la energía solar como herramienta de transformación social

A través del programa de Inserción de Energías Renovables, más de 17 mil usuarios rurales ya utilizan energía renovable. La provincia cuenta con 315 instalaciones de sistemas solares realizadas en chacras, centros de atención primaria de salud y hogares con alta vulnerabilidad energética.
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La provincia de Misiones, reconocida por su exuberante selva tropical, las Cataratas del Iguazú y su producción de yerba mate, está protagonizando un cambio profundo en su matriz energética y podría ser conocida en los próximos años por liderar la matriz energética solar en la Argentina.

A través de un conjunto de políticas públicas centradas en la equidad social, el respeto ambiental y la innovación tecnológica, la provincia del Noreste (NEA) logró consolidar en poco tiempo un modelo de desarrollo sustentable que integra tanto a las áreas rurales como urbanas. El impulso de las energías renovables no solo mejora el acceso a servicios esenciales, sino que también transforma la vida productiva de miles de personas, ofreciendo oportunidades reales de crecimiento en los lugares donde históricamente el Estado llegaba con dificultad.

La experiencia misionera se materializa en el Programa Provincial de Inserción de Energías Renovables (PPIER), una iniciativa de alto impacto que comenzó en 2021 y desde entonces no detiene su expansión. Bajo este paraguas, el Gobierno instaló paneles solares en 315 puntos estratégicos de la provincia, entre ellos chacras familiares, centros de atención primaria de salud (CAPS), Ferias Francas, escuelas, destacamentos policiales y comunidades indígenas.

“El objetivo de este programa es asistir y acompañar a pequeños productores, cooperativas de servicios públicos y productivos, Centros de Atención Primaria de la Salud (Caps), Ferias Francas y espacios turísticos que, por su ubicación de difícil acceso, no cuentan con energía eléctrica o buscan potenciar sus emprendimientos con opciones más rentables y amigables con el ambiente”, explicaron desde la Secretaría de Estado de Energía de Misiones.

Este enfoque integral ya alcanza a más de 17.000 beneficiarios, y refleja una visión que no se limita a la simple provisión de electricidad. La energía solar, en este contexto, se convierte en una herramienta de transformación social. Por ejemplo, en chacras alejadas de los centros urbanos, la instalación de paneles fotovoltaicos permitió activar sistemas de riego, conservar alimentos, iluminar viviendas y galpones, e incluso incorporar internet y maquinaria agrícola. Lo que antes parecía una promesa remota, hoy es una realidad concreta para cientos de familias.

“Cuando el sol entra a la chacra, nace una nueva forma de producir y de vivir”, resume un documento oficial del gobierno misionero, expresando el espíritu de un modelo energético que apuesta al arraigo rural y al fortalecimiento de las economías locales.

La aplicación de este programa se traduce en cifras contundentes: 150 sistemas solares instalados en múltiples municipios; cinco CAPS que asisten a más de 13.000 personas; 13 Ferias Francas donde trabajan 250 productores; tres comunidades Mbya con 54 familias beneficiadas; 101 hogares productores –de los cuales 20 se encontraban en situación de alta vulnerabilidad energética–; además de escuelas, destacamentos y emprendimientos turísticos. “El programa nos permite llegar a todos los misioneros, desde comunidades de pueblos originarios, personas con vulnerabilidad energética o pequeños productores rurales”, señaló el ministro de Energía provincial, Paolo Quintana.

Además de garantizar el acceso a un servicio básico, esta política pública habilita nuevas dinámicas de trabajo, comercialización y desarrollo comunitario. La incorporación de tecnología solar fomenta emprendimientos turísticos en zonas naturales, fortalece las redes de comercialización en las ferias y genera una mejora sustancial en la calidad de vida de quienes antes vivían con restricciones energéticas severas. “Permite, además, dar respuestas a demandas con soluciones rápidas, efectivas, modulares y basadas en energías renovables que le brinda oportunidades de desarrollo a cada uno de los misioneros”, agrega Quintana.

Cinco parques solares para más energía

La transformación energética de Misiones no se limita al ámbito rural. La provincia también apostó con fuerza a la construcción de parques solares conectados a la red pública, lo que permite diversificar la matriz eléctrica y mejorar la calidad del servicio en centros urbanos. Actualmente, cuenta con cinco parques solares ya operativos –entre ellos Silicon 2, en Posadas, con una capacidad de 5 MW, y San Javier, con 4 MW–, que suman en conjunto 12,5 MW de potencia instalada. A ellos se suman otros seis proyectos en distintas etapas de obra o planificación que elevarán la capacidad renovable total a 42,5 MW. Este crecimiento refleja una inversión estratégica en generación limpia en puntos clave del territorio.

Entre los parques en construcción se encuentran los de Oberá (10 MW), San Vicente (5 MW) y Apóstoles (5 MW). Y otros tres –en Alem, Eldorado y Concepción de las Sierras– ya iniciaron su desarrollo. En conjunto, estos emprendimientos consolidan una red descentralizada, capaz de aportar estabilidad y eficiencia al sistema eléctrico provincial.

Paralelamente, la provincia avanzó de forma notable en el desarrollo de la generación distribuida, una modalidad que permite a usuarios individuales o industriales producir su propia energía e inyectar los excedentes a la red. Durante 2024, la cantidad de usuarios generadores creció un 44% en comparación con el año anterior, mientras que la potencia instalada tuvo un salto del 92%, según datos de la Secretaría de Energía de la Nación.

Misiones ocupa actualmente el séptimo lugar nacional en número de usuarios, pero alcanza el cuarto puesto en potencia generada, con 4690 kW ya integrados al sistema.

El crecimiento fue acompañado por una actualización normativa clave: la Resolución 235/2024 amplió de 2 a 12 MW el límite de potencia admitido en proyectos de generación distribuida bajo el régimen de la Ley 27.424.

También introdujo una segmentación por escalas que beneficia a hogares, pequeñas y medianas empresas, y grandes industrias, al establecer tres categorías: pequeños generadores (hasta 3 kW), medianos (de 3 a 300 kW) y grandes (de 300 kW a 12 MW). Este nuevo esquema amplía las posibilidades de acceso a la energía limpia en toda la escala productiva y social.

Aunque todavía se encuentra lejos en términos absolutos de provincias como Córdoba o Buenos Aires, que encabezan el ranking nacional por volumen total de generación distribuida, Misiones se posiciona entre las jurisdicciones más dinámicas por su tasa de crecimiento. La integración de energía solar con biomasa y generación distribuida convierte a la provincia en una referencia regional en la transición energética.

El modelo que emerge de este proceso no solo responde a una lógica de eficiencia, sino que también está guiado por una vocación social. Cada instalación no es una solución aislada, sino parte de una política pública sostenida, que articula al Estado con cooperativas, productores, comunidades indígenas y usuarios particulares. El resultado es una red energética que mejora la calidad de vida, fortalece la soberanía energética y promueve el desarrollo sin comprometer el ambiente.

Misiones, en definitiva, está construyendo un nuevo paradigma energético, donde el acceso equitativo, la innovación y la sustentabilidad van de la mano. En un contexto global marcado por la urgencia climática y la búsqueda de alternativas al uso de combustibles fósiles, la experiencia misionera ofrece una hoja de ruta concreta para avanzar hacia un futuro más limpio, justo y resiliente.

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