La distribuidora de energía cordobesa Epec llevó adelante el primer «loteo renovable» en el país. La iniciativa no solo se alinea con la creciente demanda de energías limpias (se proyectan inversiones por más de US$ 5.000 millones), sino que también democratiza el acceso a la generación eléctrica, transformando a los consumidores en protagonistas activos de este cambio.
El concepto de «loteo energético» funciona de manera similar a un desarrollo inmobiliario, pero en un contexto de generación eléctrica. En una extensión de 25 hectáreas, Epec subdividió el terreno en fracciones, cada una de las cuales puede ser adquirida por un interesado para instalar paneles solares. A diferencia de un loteo tradicional, el usuario no compra la tierra, que sigue siendo propiedad de Epec.
El usuario invierte en la infraestructura necesaria y en los derechos sobre la energía producida, la cual se inyecta directamente a la red provincial. De esta manera, se abre una oportunidad para que usuarios públicos y privados generen su propia energía, sin necesidad de contar con el espacio físico o la infraestructura de personal para gestionarla.
EPEC y el modelo de energía renovable comunitaria
El proyecto se sustenta en la figura de la Generación Distribuida Comunitaria (GDC), un esquema que permite a un grupo de usuarios generar electricidad de forma colectiva en un punto común. La propuesta se concreta luego de que la provincia participó de la Convocatoria Nacional e Internacional RenMDI, y se convirtió en la compañía con más proyectos de generación mediante fuentes renovables adjudicados. Fueron 11 en total, incluyendo iniciativas públicas y privadas de todas las tecnologías.
En la lista figuraba un conjunto de parques solares para aportar energía verde al sistema nacional en la localidad de Arroyo Cabral, donde la empresa eléctrica transformó una de esas futuras plantas de generación en el primer «loteo energético» del país, y lo abrió a la participación comunitaria.
Los inversores tienen la propiedad tanto de la infraestructura instalada como de la energía producida, la que es comprada por la distribuidora (Epec en este caso), que a su vez otorga un crédito a cada participante que se puede utilizar para pagar la factura del servicio. Esta modalidad es especialmente beneficiosa para aquellos que no tienen el espacio necesario para instalar paneles en sus propias viviendas u oficinas.
El modelo cordobés lleva esta idea un paso más allá, con una variante «virtual» que asigna digitalmente la energía generada a los usuarios, independientemente de su ubicación física, lo que requiere sistemas avanzados de medición y una red digitalizada.
Participación ciudadana energética
La empresa se encarga del desarrollo de la infraestructura común como caminos, calles internas, cerramientos perimetrales y provee los equipos de conexión a la red. Además, ofrece un servicio de operación y mantenimiento, liberando a los inversores de la carga operativa y técnica.
Este modelo trasciende lo técnico, Epec no solo construye un polo tecnológico, sino que también abre un modelo de participación ciudadana en la transición energética. Es un paso estratégico que, en vez de depender exclusivamente de grandes centrales, suma a la ciudadanía en la generación de energía limpia.
El loteo se diseñó con criterios de sustentabilidad, contemplando un plan de conexión modular para distintos proyectos. Además de instalar paneles, se prevé optimizar su conexión con la red eléctrica, monitoreo digital y capacitación técnica.
El objetivo es que municipios, cooperativas, universidades, consorcios y desarrolladores privados puedan usarlo como plataforma de cara al futuro.