La generación de energía solar en Argentina mantiene un ritmo de crecimiento sostenido que se profundizó en los últimos años. Para tener una idea del fenomenal crecimiento, vale destacar que la capacidad instalada fotovoltaica se ha cuadruplicado en apenas cinco años y ya supera los 2.000 MW, superando a fuentes tradicionales como la nuclear. Esto se debe gracias a la constante instalación de nuevos parques solares en varias provincias del país.
La Argentina cuenta hoy con 76 parques solares activos que inyectan energía limpia al Sistema Argentina de Interconexión (SADI). La expansión continúa provincia por provincia, todos los meses se inauguran nuevos parques, ampliaciones o habilitaciones comerciales, tanto bajo el régimen RenovAr como en el mercado a término MATER. Los datos surgen del análisis de la base oficial de renovables de CAMMESA.
San Juan es por lejos la provincia donde se concentran más parques solares en operación, con un total de 22. Le siguen San Luis, Catamarca, Chaco y Mendoza. Son plantas de distinta escala, desde grandes parques de más de 100 MW hasta instalaciones medianas destinadas al Mercado a Término (MATER).
Respecto a la capacidad instalada, las regiones del NOA y Cuyo son por lejos las que mayores parques solares concentran (con un total de 854 MW y 843 MW respectivamente). Esto se debe a los altos niveles de radiación solar, con picos que superan cómodamente los 7 kWh por m2, que se observan en la región cordillerana desde Mendoza hasta Jujuy. Les siguen muy por detrás, las regiones del NEA con 285 MW y la del Centro con 190 MW.


De los 76 parques solares actualmente en operación, 30 funcionan bajo contratos del Mercado a Término de Energías Renovables (MATER), el esquema que permite a grandes usuarios comprar energía renovable directamente a generadores mediante acuerdos privados de largo plazo. Otros 34 parques forman parte del programa RenovAr, el plan nacional de licitaciones lanzado mediante subastas públicas para impulsar la instalación de energías limpias en todo el país. Finalmente, los 12 proyectos restantes fueron construidos a partir de iniciativas provinciales, desarrollos previos a estos programas e instalaciones que operan bajo marcos contractuales particulares.
Entre los proyectos de mayor escala del país se destaca el complejo Cauchari Solar en Jujuy, compuesto por tres plantas que en conjunto alcanzan los 315 MW, convirtiéndose en el parque fotovoltaico más grande de la Argentina y uno de los mayores de Latinoamérica. También sobresale el Parque Solar Anchoris en Mendoza, inaugurado por Genneia en agosto de este año, con una capacidad de 180 MW, que lo posicionan como una de las incorporaciones más relevantes al SADI de los últimos tiempos. En San Juan, provincia líder en generación solar, se encuentran otros desarrollos emblemáticos como Guañizuil, que con sus dos parques aporta también 180 MW, consolidando la potencia instalada del corredor solar cuyano.

Otro desarrollo de gran relevancia es el Parque Solar Pampa del Infierno, en la provincia del Chaco, que cuenta con una capacidad instalada de 130 MW, ubicándose entre los proyectos fotovoltaicos más potentes del país. Su escala lo convierte en un punto estratégico para el abastecimiento eléctrico del NEA y en un ejemplo del avance solar por fuera del tradicional eje NOA-Cuyo. Además, refuerza la diversificación geográfica de la generación fotovoltaica argentina, demostrando que provincias con menor historial renovable comienzan a incorporar infraestructura de gran porte y a ganar protagonismo dentro del mapa solar nacional.
Estos últimos años se observó un proceso donde la energía solar pasó de ser una tecnología emergente (hace apenas una década) a convertirse en un actor fundamental en la matriz energética nacional. La participación de generación fotovoltaica continuará ganando importancia a medida que ingresen, como está proyectado para los próximos meses, más parques solares en operación.
Además del desarrollo de parques solares, la energía solar en Argentina es una alternativa viable, ecológica y rentable para satisfacer la demanda doméstica, agraria e industrial de electricidad. Los precios internacionales de paneles solares, que continúan bajando a mínimos históricos como consecuencia de avances tecnológicos, la quita de subsidios progresiva a las tarifas en Argentina y la estabilización del tipo de cambio, hacen que la instalación de esta fuente de energía sea cada vez más accesible para empresas y privados, el tiempo de repago cada vez más corto, y el beneficio económico más importante.