Hito energético: la Argentina genera más electricidad renovable que nunca

La generación de energías renovables –sin contar la hidráulica– alcanzó en octubre último los 2706 GWh a nivel nacional, lo que representa un 24,8% del total mensual, y supone un récord histórico: creció 13,6% frente a septiembre y 29,7% respecto de octubre de 2024.
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La Argentina entró en una nueva fase energética impulsada por un salto renovable sin precedentes. Octubre dejó al sistema energético argentino ante un escenario que los especialistas describen como estructuralmente distinto al que predominó en las últimas décadas.

Por primera vez, más de la mitad de la electricidad generada en el país provino de fuentes renovables, una marca que no solo señala un récord, sino también la consolidación de una tendencia que comienza a modificar la manera en que la Argentina produce y consume energía. Los informes sobre la actividad energética del mes muestran una transición que ya no se manifiesta como aspiración, sino como un conjunto de resultados concretos que reordenan el mapa eléctrico nacional.

El interés de los analistas fue el comportamiento del sistema eléctrico, ya que la combinación de energía solar, eólica y pequeñas hidroeléctricas logró cubrir casi una cuarta parte de la generación total, mientras que las grandes represas aportaron otro 26%. En términos agregados, el 51,47% de toda la electricidad generada provino de fuentes limpias.

Esta proporción representa un salto notable respecto de los valores históricos y se diferencia de años anteriores por su ritmo de crecimiento sostenido. Lo que emerge no es un fenómeno aislado: octubre cerró con incrementos simultáneos en producción renovable, mejoras en precios, menor presión fiscal y un repunte de la actividad industrial.

Este conjunto de señales sugiere que el sector atraviesa un reequilibrio capaz de modificar patrones que hasta ahora parecían inamovibles.

El informe elaborado por Ricsa, citado en diversas publicaciones del sector, detalla que la generación renovable (sin contar la gran hidráulica) alcanzó los 2706 GWh, una cifra que representa el 24,8% del total mensual. El salto de 13,6% respecto del mes anterior y el incremento interanual de 29,7% funcionan como indicadores de que la expansión no responde a factores coyunturales, sino a una estructura que avanza con consistencia.

Al sumarse la generación hidráulica de las grandes centrales, que aportó el 26,67%, las fuentes renovables superaron la mitad del total nacional. El país produjo 10.916 GWh de electricidad durante octubre, un valor que implica un leve aumento mensual y una mínima caída interanual, pero que adquiere un sentido completamente distinto al observarse su composición.

El rasgo más significativo de este nuevo escenario fue la retracción de la generación térmica, que cayó 7,2% respecto de septiembre y quedó por debajo del 40% de la matriz. Así, las fuentes fósiles cedieron terreno frente a la combinación de renovables y grandes represas. La energía nuclear, por su parte, aportó un 8,54%, con un incremento leve y estable.

Este desplazamiento relativo de la generación térmica ocurrió sin tensiones de abastecimiento, algo que en el pasado representaba uno de los argumentos más frecuentes para justificar la preeminencia del gas y del petróleo en la matriz eléctrica. La disponibilidad de recursos eólicos en las regiones de mayor rendimiento, sumada al aumento de instalaciones solares y a la recuperación del caudal en varias cuencas, permitió un mayor aprovechamiento de las fuentes limpias sin comprometer la estabilidad del sistema.

Los especialistas consultados por Ricsa sostienen que el comportamiento de octubre no puede analizarse como un hecho aislado. El crecimiento de renovables es sostenido desde hace varios trimestres y la caída de la generación térmica constituye un indicador de que la transición energética comienza a desplazar lentamente los patrones tradicionales de producción eléctrica.

Impacto en precios, subsidios y demanda

Uno de los elementos más reveladores del informe fue la evolución del precio monómico, el indicador que combina costos de energía, potencia y transporte. En octubre se redujo 6,64% respecto del mes anterior, una baja que llega al 8,74% medida en dólares. Los analistas atribuyen este descenso a la menor incidencia de costos transitorios y a cambios en la estructura interna del mercado mayorista, donde ciertos componentes vinculados a la generación térmica tuvieron un peso más reducido.

La caída del precio no solo implica un alivio directo para la estructura de costos del sistema, sino que también se vincula con otra transformación clave: la reducción de subsidios. Después del pico de julio, cuando el subsidio implícito en el Mercado Eléctrico Mayorista alcanzó el 51%, la tendencia se revirtió. En octubre se ubicó en 30,47%, una corrección significativa en apenas tres meses.

Este descenso no se explica únicamente por cambios tarifarios, sino también por la mejora en el grado de cobertura aportado por el propio mercado. Los especialistas señalan que la reducción de subsidios responde a que una mayor parte del costo real del sistema es absorbida por las tarifas estacionales, lo que disminuye la dependencia del apoyo fiscal. Esta combinación resulta especialmente relevante en un país donde el sector eléctrico arrastró durante años una brecha creciente entre costos reales y precios pagados por los usuarios.

En paralelo, la demanda mostró comportamientos divergentes según cada sector. El consumo residencial representó el 42,18% del total, con una caída mensual del 3% y una baja interanual del 2%. El sector industrial, en cambio, registró un aumento del 2%, y el segmento comercial mostró un incremento mensual similar. Los analistas interpretan este contraste como un indicio de que la recuperación industrial continúa, aunque todavía de forma moderada.

El aumento del consumo industrial en un mes en el que los precios se redujeron y la generación renovable creció indica que el sistema está encontrando un punto de equilibrio más favorable entre oferta, demanda y costos. La articulación de estos elementos refuerza la idea de que la transición energética no es únicamente un proceso tecnológico, sino también económico y estructural.

Una transición que redefine las perspectivas

Los resultados de octubre permiten inferir que la Argentina se acerca a una nueva etapa en su matriz energética. La combinación de energía solar, eólica y pequeñas hidroeléctricas muestra un nivel de expansión que supera las expectativas fijadas hace una década. La caída de la generación térmica, junto con la reducción de subsidios y el descenso de los costos del mercado mayorista, señala un reacomodamiento que beneficia la estabilidad del sistema.

Los especialistas coinciden en que, si estas tendencias se mantienen, el país podría consolidar una matriz mucho más diversificada, menos dependiente de combustibles fósiles y más alineada con los estándares internacionales de transición energética. Los datos de los informes reflejan un proceso que ya no se define solo por planes o anuncios, sino por resultados medibles.

El mes dejó una conclusión clara: la transición energética argentina ya no se proyecta como un horizonte lejano, sino como un conjunto de cambios concretos que reordenan la matriz eléctrica, reducen la presión fiscal y redefinen la relación entre usuarios, industria y sistema eléctrico. Octubre funcionó como un anticipo de lo que podría transformarse en una etapa sostenida, en la que la generación limpia deje de ser complemento y pase a ocupar un rol protagónico en el futuro energético del país.

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