La transición a la energía verde ha convertido al litio en uno de los minerales más buscados del mundo. Se trata del más liviano que existe y es caracterizado hoy como el recurso con mayor potencial electroquímico a futuro.
Esto le permite almacenar energía de manera más eficiente y, además, de forma reversible, es decir mediante su carga y descarga. Por eso hace algunos años que ya es considerado el mineral clave para la transición energética ya que es fundamental para asegurar las nuevas formas de movilidad eléctrica y la acumulación de las energías renovables en baterías.
La Argentina es el tercer país con mayores reservas de litio a nivel mundial, después de Chile y Australia, y según la consultora internacional JP Morgan, tiene el potencial de convertirse en el corto plazo en el segundo exportador del planeta del mineral hoy altamente cotizado por su utilización en la electromovilidad y en la elaboración de baterías de iones para reserva de energías alternativas.
Argentina, junto con Chile y Bolivia, forma parte del “triángulo del litio” que contiene casi el 60% de los recursos mundiales de este mineral, lo que la coloca en una posición estratégica en la producción de litio a nivel global.
Además, el precio del carbonato de litio se disparó este año desde un promedio de cinco años de alrededor de 14.000 dólares por tonelada a más de 80.000 dólares. Según la consultora Benchmark Mineral Intelligence, a medida que crezcan las ventas de vehículos eléctricos, la demanda de litio aumentará a 2,4 millones de toneladas en 2030, en comparación con alrededor de 600.000 toneladas de este año.
Aunque el litio parece abundar hoy, la oferta tiene dificultades para mantenerse al día. Y ha comenzado una lucha global por encontrar depósitos baratos y construir minas para satisfacer el aumento de la demanda. En este escenario, Argentina tiene muchas chances de convertirse en un jugador mundial importante y podría beneficiarse de ingresos en dólares a corto plazo.
La consultora internacional CRU, con cabecera sudamericana en Chile y especializada en minería, afirma que la Argentina, gracias a sus tres operaciones activas y numerosos proyectos en desarrollo, tiene un potencial de crecimiento de la producción del 50% anual hacia 2027, contra 16% en Chile y una expansión menos precisa, pero también inferior, en el caso de China, que es a su vez el principal destino de las exportaciones de carbonato de litio de la Argentina.
Estas cifras impulsan la expectativa de que en los próximos años la Argentina, hoy cuarto productor mundial, supere a China y hacia el fin de la década o principios de la próxima también a Chile, para posicionarse como segundo productor mundial, detrás de Australia, del volumen conjunto de carbonato e hidróxido de litio.
Estos datos fueron difundidos por S&P Global Intelligence y reproducidos en medios chilenos, que destacaron que, pese a contar con 50 salares, Chile actualmente explota solo uno, el Salar de Atacama, en el que operan sólo dos empresas: la Sociedad Química y Minera (SQM, controlada por la china Tianqi) y la norteamericana Albemarle, principal productora mundial de litio.
“Tanto la Comisión Chilena del Cobre como J.P.Morgan han advertido recientemente que la Argentina nos superará en la producción durante los próximos años. Y si seguimos así, podemos ser desplazados al cuarto lugar por China”, alertó hace poco Rodrigo Dupouy, presidente para América Latina de Sorcia Minerals, una empresa norteamericana con cabecera regional en Chile.
En 2022 las ventas externas de litio en Chile sumaron 7.763 millones de dólares, más de 11 veces las de la Argentina (696 millones de dólares). Pero el marco normativo argentino (ley de minería, propiedad provincial de los recursos) atrae más a las grandes litíferas del mundo para invertir en proyectos que demandan varios cientos de millones de dólares y cinco o más años hasta iniciar la producción.
Encuentro de litio en Salta
“Litio en Sudamérica” fue un gran evento desarrollado el 9 y 10 de agosto pasado en Salta, que demostró el extraordinario interés mundial que existe hoy por el litio argentino.
Con 1.800 asistentes, entre los que se encontraban empresarios, analistas y banqueros de todo el mundo, la reunión tuvo una sola coincidencia: el sector litífero en la Argentina tiene un ímpetu mucho mayor que el chileno, gracias a una legislación más favorable y al avance en Chile de iniciativas estatizantes, que desalientan la inversión privada.
Allí, tanto los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Raúl Jalil (Catamarca) y el anfitrión Gustavo Sáenz (Salta) ratificaron que los recursos del subsuelo son propiedad de las provincias y reivindicaron su potestad en la materia.
“El potencial argentino como bien fue destacado en más de una oportunidad en el seminario”, apuntó un reciente estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en referencia al evento del litio en Salta. “Es ahorrarle al mundo tiempo de exploración, con el formidable volumen y potencial de una amplísima gama de proyectos. El carbonato de litio es hoy la principal exportación del complejo de litio argentino, dominando prácticamente las exportaciones nacionales de este complejo. Esto se da de la misma manera en Chile, que, sin embargo, exporta cerca de un 20% de su complejo litio como hidróxido”, completó la investigación de la BCR.
El estudio explica que el carbonato de litio (Li2CO3) y el hidróxido de litio (LiOH) pueden sustituirse entre sí en la producción de baterías. Pero el hidróxido se descompone a una menor temperatura, lo que permite que la batería tenga más autonomía y vida útil.
A su vez, históricamente el carbonato de litio ha tenido un menor costo de producción, lo que hizo más atractiva su producción, al menos en el corto plazo. Por su parte, destacan los investigadores, que Australia exporta mayoritariamente espodumeno de litio, un producto que hoy tiene un valor de mercado de apenas el 15% del que dispone el carbonato de litio. Esto es, menos de 6 veces el “valor agregado” que lo que hoy exporta la Argentina, que tiene una gran oportunidad en los mercados internacionales.