La política energética de La Pampa ingresó en una nueva etapa con la firma del contrato para la construcción del segundo Parque Solar Fotovoltaico de la provincia, un proyecto que incorporó un esquema de inversión público-privada sin antecedentes locales y que colocó a la transición energética en el centro de una estrategia de desarrollo económico y productivo de largo plazo.
El anuncio consolidó una decisión política que vinculó energías limpias, generación de empleo, fortalecimiento industrial y planificación estatal sostenida.
El emprendimiento se instalará en el Polo de Abastecimiento Energético y Desarrollo Productivo de General Pico y en su primera etapa aportará 15 megavatios al sistema eléctrico provincial. La particularidad del proyecto reside en su estructura de financiamiento y gestión: el 80 por ciento de la inversión provino del sector privado y el 20 por ciento correspondió a Pampetrol SAPEM, la empresa energética estatal pampeana. La obra quedó a cargo de una Unión Transitoria de Empresas integrada por Cimepro, Martínez de la Fuente y Megatrans, con participación directa del Estado en la operación.
La inversión inicial es de 10 millones de dólares. El Estado provincial muestra así que busca atraer inversiones privadas sin resignar control ni objetivos públicos. La obra se inscribió dentro de una política energética definida como política de Estado desde 2020, con metas que trascendieron coyunturas económicas y gestiones de gobierno.
El plan provincial plantea como horizonte la soberanía energética en un plazo de veinte años, con estaciones intermedias que combinan generación, eficiencia y diversificación de la matriz.
La transición hacia energías limpias apareció así ligada a una concepción amplia del desarrollo. Para el gobierno pampeano, la energía dejó de ser solo un insumo técnico y pasó a ocupar un lugar central en la discusión sobre valor agregado, industrialización y empleo.
La transición energética pampeana
El segundo Parque Solar Fotovoltaico de La Pampa se proyectó como una infraestructura clave dentro de un esquema energético más amplio. La inversión total alcanzó los 10.492.721 dólares y permitió la instalación de 27.612 paneles monocristalinos bifaciales de 630 Wp sobre estructuras móviles de un eje, una tecnología que optimiza la captación solar a lo largo del día. La planta se emplazó sobre más de 100 hectáreas dentro del Polo de Abastecimiento Energético, en la intersección de las rutas nacionales 3 y 4, una ubicación estratégica por su cercanía con nodos industriales y logísticos.
Según los cálculos técnicos, el parque producirá alrededor de 37.236 MWh anuales, energía suficiente para abastecer a más de 9000 hogares. Además de reforzar el suministro eléctrico regional, la nueva infraestructura mejorará la calidad del servicio en General Pico y zonas aledañas, y beneficiará de manera directa al Parque de Actividades Económicas y a la Estación Transformadora local.
El impacto del proyecto no se limitó al plano energético. La obra impulsó la generación de empleo local, con un compromiso explícito de que al menos el 70 por ciento de la mano de obra provenga de trabajadores pampeanos. Este aspecto fortaleció la cadena de valor regional y promovió la capacitación en nichos vinculados a la energía renovable, un sector en expansión a nivel global.
El secretario de Energía y Minería, Matías Toso, contextualizó el anuncio dentro del plan energético provincial elaborado desde 2020 y sostuvo que la transición energética pampeana no se redujo a metas climáticas, sino que abrió oportunidades de desarrollo antes inexistentes.El funcionario explicó que el plan se diseñó en función de las características territoriales y climáticas de La Pampa, con el objetivo de garantizar igualdad de oportunidades.
Las metas incluyeron producir energía, ordenar y eficientizar el consumo y reconvertir Pampetrol hacia la generación renovable.
La experiencia del segundo parque solar permite abrir nuevas convocatorias para ampliar la capacidad de generación. Pampetrol iniciará otro proceso para sumar más generación de energía en General Pico y alcanzar la meta de los 50 megavatios.
El proyecto permitirá que el parque industrial local avance hacia el autoabastecimiento con energía limpia, un objetivo que mejoró la competitividad y redujo costos a mediano plazo.
Desde la perspectiva provincial, el segundo parque solar se integró a una red de centrales de energía limpia ya operativas, como el Parque Solar Antü Mamüll de Victorica. Con esta nueva incorporación, La Pampa alcanzará un 27,6 por ciento de cobertura de su demanda eléctrica con fuentes renovables, un porcentaje significativo en el contexto argentino y una señal clara de avance hacia la soberanía energética.
El modelo público-privado elegido funcionó como una prueba de concepto para futuras inversiones. La participación estatal a través de Pampetrol garantizó control estratégico, mientras que el capital privado aportó financiamiento, tecnología y capacidad de ejecución. Esta combinación permitió reducir riesgos, acelerar plazos y sostener objetivos de largo plazo sin depender exclusivamente de recursos públicos.
El segundo Parque Solar Fotovoltaico de La Pampa quedó presentado como algo más que una obra de infraestructura. Representó un ensayo de política pública donde energía, producción y empleo se articularon bajo una lógica de largo plazo. En un escenario nacional atravesado por incertidumbres, el proyecto pampeano propuso una hoja de ruta basada en planificación, inversión y cooperación entre el Estado y el sector privado, con la energía limpia como eje estructurante del futuro provincial.
