A raíz de la vuelta de Franco Colapinto a la Fórmula 1, representando al equipo Alpine, la máxima categoría del automovilismo volvió a ser furor en Argentina. Lo que no todos saben es que este deporte, históricamente asociado a la velocidad, el ruido de los motores y el consumo intensivo de combustibles, está protagonizando una importante transformación de cara al futuro, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones de carbono para 2030. Esto lejos de tratarse de una declaración de intenciones, se trata de una reconfiguración profunda de sus operaciones de logística y tecnología. Y lo hechos así lo demuestran.