¿Cómo contribuir a aumentar el reciclaje?

En Latinoamérica se recicla, en promedio, el 14% de lo que se produce, mientras que en Europa la media es del 60%.
Foto de Máquina de Reciclado
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Una de las principales premisas que tienen las nuevas generaciones de cara al futuro del planeta es tomar conciencia y hacer tomar conciencia a los mayores que debemos cuidar el planeta si queremos vivir muchos años.

Y en ese cuidado, la palabra reciclaje cobra mucha importancia. A nivel mundial, de acuerdo con el reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, el reciclaje de plásticos, principal material contaminante sólido hoy en día, es solo del 18%.

De acuerdo con datos otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, en América Latina se recicla, en promedio, tan solo el 14% de lo que se produce, mientras en Europa la tasa media está en 60%. El gran propósito es aumentar el porcentaje con métodos que ayuden a que materiales puedan ser recolectados y reciclados con mayor facilidad.

Aunque varios países latinoamericanos han tenido un crecimiento positivo año tras año respecto al tema reciclado, todavía hace falta trabajar en profundidad hacia la educación medioambiental y tener un enfoque integral que le haga frente a los desafíos de la crisis ambiental generada por los residuos.

Existen muchas formas de motivar la cultura del reciclaje. En los últimos años, distintas organizaciones se han enfocado en dar herramientas para facilitar la creación de hábitos, facilitando este proceso y haciéndolo ameno, con sus máquinas que otorgan descuentos como recompensa a la acción de reciclar. Por ejemplo, la empresa Ecobot, a la fecha, y después de 6 años de gestión, ha logrado reciclar más de 4,5 millones de envases. Todo lo recolectado ha sido donado a asociaciones de recicladores, fundaciones y otras entidades aliadas.

“Es mejor tener muchas personas y empresas haciendo cambios poco a poco, a que todo siga igual por no poder hacerlo perfecto. Por eso premiamos los actos sencillos, como reciclar un envase, y ayudamos a que las marcas que están en ese proceso también vean que la sostenibilidad puede traer resultados positivos para su negocio. Nosotros no vamos a cambiar el mundo solos, pero si mejoramos nuestra cultura, el nivel de consciencia que tenemos como sociedad, ahí sí podemos aspirar a grandes transformaciones”, señala Lina Aramburo, cofundadora de Ecobot.

Una botella con empaques, clave en la estrategia

“Llenar una botella con empaques es una solución sencilla que puede aplicarse desde casa, porque hace que se compriman y ocupen poco espacio, de esta forma es posible recolectarlo. Además, este proceso de las botellas es algo nuevo y se reciben en muy pocos lugares, no se deben sacar con el resto del reciclaje. Por eso habilitamos todas nuestras máquinas ubicadas en Colombia, Guatemala, Costa Rica, Ecuador, para que las personas tengan un punto de recolección cercano y reciban descuentos en el proceso”, añade Santiago Aramburo, cofundador de Ecobot.

Cuando se habla de reciclar no solo basta con separar los elementos en casa. Es importante asegurar que todo llegue al destino indicado. Así que, además de la división en bolsas de diferentes colores para materiales reciclables y no reciclables en los hogares, es ideal que en todas las viviendas se apartaran los materiales que tienen un destino especial. Estos son los materiales con los que se puede contribuir a aumentar el reciclaje, y recibir descuentos:

-Empaques flexibles en una botella de plástico limpia.

-Botellas plásticas con transparencia. Es decir, las que típicamente son de bebidas. Estas deben estar vacías.

-Envases plásticos opacos que son de productos de aseo y cuidado personal. También deben estar vacíos.

-Empaques Tetra Pak que son típicamente las cajas de leche o jugos. Deben ir vacíos y aplanados. 

A la fecha, las máquinas de Ecobot se encuentran en más de 120 lugares en 4 países (Colombia, Guatemala, Costa Rica, Ecuador) y 8 ciudades (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Ciudad de Guatemala, San José y Quito). Y sus autoridades esperan que este año desembarque en Argentina.

Residuos sólidos en la región

Según los datos de 2021 de la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina y el Caribe se generan anualmente alrededor de 216 millones de toneladas de residuos sólidos municipales en la región. De esta cifra, algo más de la mitad, el 52%, corresponde a residuos orgánicos, mientras que un 19% son materiales con gran potencial de ser reciclados, como papel, cartón, vidrio y metales, además de los plásticos, que representan el 12% del total.

Sin embargo, existe una escasa gestión diferenciada de las diferentes corrientes y fracciones de residuos, y solo el 4,5% se reciclan. En realidad, el 56% son enviados a rellenos sanitarios (vertederos controlados), mientras que cerca del 40% se disponen inadecuadamente en botaderos o vertederos a cielo abierto y con escaso control. Todo ello pese a que en términos de prestación del servicio de recolección de residuos municipales, la Región cuenta con una cobertura nominal del 95% para el área urbana y del 76% para el área rural.

Existen desafíos en cuanto a la planificación de acciones concretas y realizables por parte de gobiernos nacionales y municipales, y si bien en muchos países los municipios están obligados a elaborar planes de gestión de residuos, la implementación de estos no siempre está asegurada ya que se manifiestan dificultades en la identificación y estructuración de soluciones técnicas que mejor se adecuen a las necesidades y capacidades de municipios y regiones. La Región necesita instrumentos regulatorios y al mismo tiempo fortalecer los organismos encargados de vigilar, monitorear y asegurar que las normas se implementen.

Asimismo, es hora de fortalecer el desarrollo de la reglamentación de la actividad de valorización de residuos -incluyendo aquí el reciclaje, el compostaje y la generación de energía-, al tiempo que se promueve la economía circular.

Los esquemas de responsabilidad extendida y/o compartida del productor están tomando cada vez más importancia en diferentes países, como Chile, Colombia y Uruguay, donde recientemente se han establecido obligaciones y metas de recuperación de envases a los productores y fabricantes. Pero se requiere también contar con sistemas de información de datos y cifras oficiales que faciliten el monitoreo y la evaluación de la gestión, así como el diseño y la medición del impacto de diferentes iniciativas y programas.

En cuanto a la gestión y financiación, es preciso asegurar la sostenibilidad financiera de la etapa operacional de los diferentes proyectos. Estudios recientes de la División de Agua y Saneamiento del BID destacan que, en la estructura de costos del servicio actual, el 15% está destinado a la inversión inicial (CAPEX), mientras que el 85% se dirige a la operación y mantenimiento (OPEX). Es necesario también mejorar los esquemas de cobro del servicio, considerando que actualmente, las tasas aplicadas cubren menos del 50% de los costos.

En lo que respecta a la sostenibilidad ambiental y resiliencia, la gestión inadecuada de residuos sólidos genera riesgos importantes para la salud pública, el medio ambiente y el desarrollo económico, con mayor impacto en poblaciones vulnerables y de escasos recursos. Aproximadamente, el 10% de las emisiones de CO2 equivalente de la región corresponden al sector de residuos sólidos y a los procesos industriales.

Territorios con vocación turística como playas, se están viendo fuertemente afectados por la creciente contaminación de residuos plásticos causada por la falta de una adecuada gestión de residuos sólidos municipales, especialmente en al interior de los territorios, cuyos residuos llegan a las costas y mares a través de los ríos. Adicionalmente, la pandemia por COVID-19 ha incrementado el consumo de plásticos de un solo uso tanto en hogares como en servicios de salud, como consecuencia del uso de mascarillas, guantes y otro tipo de equipos de protección personal; asimismo, en algunos países, las medidas de prohibición de plásticos de un solo uso han sido, al menos, revisadas.

¿Cómo superar estos desafíos?

Para empezar, una mejor gestión de los residuos sólidos municipales impacta positivamente en el cumplimiento de los compromisos establecidos en la agenda 2030, especialmente en las metas enmarcadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (11, 12, 14).

Además, es indispensable contar con información y datos de calidad, que permitan a las administraciones nacionales y municipales medir el impacto de las políticas públicas y de las inversiones, así como la definición de metas y el seguimiento de sus planes y estrategias. Por ejemplo, ¿qué cantidad de residuos genera cada habitante?, ¿cuánto se puede reducir dicha cantidad a través de la prevención y la reutilización?, ¿cuánto aumenta anualmente la tasa de reciclaje en una ciudad o un país?, ¿cuántos residuos dejan de disponerse en vertederos a cielo abierto? El BDI apuesta por el trabajo conjunto para contar con esta información. E igualmente, incrementar las inversiones y el impacto de las mismas, al tiempo que se aseguran los recursos financieros para operación y mantenimiento.

Si bien muchas de las estrategias y planes buscan reducir la cantidad de residuos sólidos llevados a disposición final, como lo son los programas de economía circular y consumo responsable, hay que atender las tareas pendientes y completar el cierre de basurales a cielo abierto, así como garantizar la existencia de una base de infraestructura mínima que asegure la disponibilidad de una eliminación final adecuada de los residuos que no sean valorizados.

En este sentido, debe buscarse la regionalización de los sistemas de disposición final adecuada, con el fin de generar economías de escala que favorezcan la reducción de costos, siguiendo el ejemplo de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y Colombia. Para fomentar y fortalecer las actividades de valorización, es indispensable contar con incentivos que promuevan la creación y la consolidación de mercados para los recursos recuperados de los residuos. La mejora de la gestión de residuos en la Región debe ir de la mano de la búsqueda e implementación de soluciones asociadas a la innovación, la tecnología y la eficiencia. Un mecanismo para lograrlo es hacerlo por medio de Cooperación Sur-Sur para identificar buenas prácticas, casos de éxito y fortalecer los programas de capacitación y formación del personal del servicio. Indudablemente otra parte fundamental, es la generación de cambios de comportamiento en productores y consumidores, para lo que se deben generar programas de incentivos, educación y sensibilización que den herramientas a la ciudadanía para contribuir activamente a la solución.

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