Un día lleno de enseñanzas en una escuela rural de Salta que ya cuenta con energía solar

Portal Solar, Mercado Libre y Ergy donaron equipos e instalaron paneles solares y una batería de litio para que la Escuela 4526 El Rosal, ubicada a 3367 metros de altura en las sierras salteñas, tenga energía eléctrica el día y la noche. Francisco Agüero, de Portal Solar, nos cuenta cómo se llevó a cabo esta experiencia inolvidable.
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“No puede haber mayor regalo que el de dar tiempo y energía para ayudar a los demás sin esperar nada a cambio”. Esta frase célebre de Nelson Mandela, ex presidente de Sudáfrica y premio Nobel de la Paz en 1993, podría resumir perfectamente la invalorable experiencia que me tocó vivir hace algunos días en una escuela rural de la precordillera andina de la provincia de Salta.

Y siguiendo literalmente las palabras de Mandela, dar tiempo y energía fue el mayor regalo que Portal Solar y Mercado Libre juntos dieron a 26 alumnos y 3 profesores que pertenecen a la Escuela 4526 El Rosal, ubicada a 3367 metros de altura y a unos 130 kilómetros de la ciudad de Salta. A su vez, ese tiempo y energía entregados fueron el mismo regalo que recibimos de ellos, pero multiplicado por 1000, debido a la enseñanza de humildad, constancia, esfuerzo y positivismo que estos chicos y maestros irradian y contagian permanentemente.

La iniciativa de Portal Solar y Mercado Libre, a través de su directora de Sustentabilidad, Guadalupe Marin, junto con la empresa Ergy, permitió instalar en esta escuela rural rodeada del paisaje árido de las sierras salteñas, paneles solares para capturar y convertir la luz del sol en energía eléctrica y una batería para contar con energía de día y de noche.

En concreto, se instalaron 4 paneles solares Amerisolar de 550 watt pico, un inversor Growatt 5000ES de 5 kW y una batería de litio Growatt  HOPE 4.8. Con esta batería alimentada con energía solar, pueden tener energía eléctrica toda la noche para iluminar o usar computadoras y cualquier dispositivo conectado a 220v. La instalación efectuada permitirá en un futuro aumentar la potencia con la instalación de más paneles solares.

La Escuela 4526 El Rosal comparte nombre con el paraje rural donde está ubicado este establecimiento educativo, dentro de la localidad Rosario de Lerma, en la provincia de Salta y cercana al paraje El Alfarcito. Allí nos recibió en un hermoso y soleado día su director y maestro, Aldo Román Palacios, el principal responsable desde 1995 de que esta escuela sea un punto de referencia importantísimo dentro de la comunidad. También lo hizo su esposa Patricia y la otra maestra, Sandra.

El camino para llegar allí no fue fácil. Esos 330 kilómetros que separan a la escuela de la capital provincial de Salta se recorren en cuatro horas. Tres de ellas fueron ascendiendo sobre la ruta asfaltada. Pero la última hora se hace sobre un ripio duro que ya nos demuestra el sacrificio que es llegar a este lugar alejado, donde muchos chicos tienen que recorrer hasta 10 kilómetros cada día para aprender y comer las cuatro comidas del día: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

El establecimiento también funciona como albergue para una docena de estudiantes que viven a más de 20 kilómetros de distancia. La mayoría de los alumnos vienen de familias rurales de bajos recursos, por lo que la escuela es la única herramienta que tienen estos chicos para progresar al comienzo de sus vidas.

Después de esas largas horas de viaje, se divisaba a lo lejos la escuelita, perdida entre las sierras. Los chicos estaban en clases cuando llegamos con los equipos. Los alumnos de Jardín de Infantes estaban aprendiendo a escribir letras y a sumar. Y los más grandes estaban en una clase de informática a distancia. Pero cuando escucharon el ruido de las camionetas, salieron a darnos la cálida bienvenida, contagiándonos a todos una alegría increíble. Enseguida, felices de nuestra visita, nos mostraron con orgullo todas las instalaciones de su escuela, su lugar en el mundo. El establecimiento se destaca por los colores vivos que tienen sus murales, sus dos invernaderos, su antena de radio, talleres de hilar y los hornos solares que sirven para hervir agua y cocinar el pan.

Nuestra llegada fue una fiesta total. Una alegría que no cabía en sus pequeños cuerpos ni en nuestros corazones. Nos preguntaban qué hacíamos allí y de dónde veníamos. Y por supuesto, se emocionaron al ver los equipos donados que iban a permitir energizar a las computadoras, televisores e impresoras que Mercado Libre les brindó. La instalación de los paneles solares y de la batería se prolongó hasta pasadas las 10 de la noche.

El día se pasó muy rápido, entre el trabajo realizado y los ratos para jugar con ellos. Me acompañó Ángeles Castagnino, del equipo de sustentabilidad de Mercado Libre y junto a ella los chicos nos recordaron la solidaridad en su máxima expresión. Nos invitaron a almorzar cuando tenían lo justo. Los alumnos nos contaron que cultivan verduras en los invernaderos de la escuela, aprenden a hilar en los talleres y confeccionan prendas que luego venden en ferias locales. También nos mostraron con orgullo su radio, FM De las Nubes 89.9, conducida por Aldo y los alumnos, una iniciativa que nació hace más de dos décadas para que los padres se comuniquen con sus chicos en la semana, mientras viven en la escuela, y que ahora escaló para convertirse en una radio local.

También nos enseñaron cómo cuidan el medio ambiente y la importancia que tiene la electricidad en un lugar donde no hay gas ni agua corriente. En lo personal, les pude explicar cómo se origina la energía solar y cómo se aprovecha no solo para generar energía, sino también el beneficio al medio ambiente  que posee esta fuente de energía verde que no contamina.

Además de modernizar la escuela, logramos el objetivo de que la instalación solar les otorgue independencia energética y de esta manera sumar nuestro granito de arena para que la Argentina sea un país más justo.

A la hora de la merienda, nos convidaron con un té especial de pupusa, una planta autóctona que sirve para bajar el apunamiento que los visitantes sufrimos a tan elevada altura. Los chicos tienen una banda musical y algunos tocaron instrumentos. Otros bailaron una zamba, por lo que la fiesta fue completa.

Al finalizar el día y ya entrada la noche, con la instalación terminada y el trabajo cumplido, pudimos despedirnos con mucha emoción. Quedó el compromiso de volverlos a visitar en cuatro meses para saber cómo les impactó este cambio positivo y los ayudó en su desarrollo. Es el cierre de una primera etapa y el comienzo de una relación muy próspera que prometemos mantener con los niños y sus profesores, porque nuestro objetivo es lograr que todos tengan las mismas oportunidades de crecer con igualdad y proponerse ser lo que quieran ser.

Por un espacio que pueda brindarles las mismas oportunidades de crecer con las mismas herramientas que todo niño se merece, acortando la brecha de desigualdad de condiciones que suelen tener los establecimientos alejados de las ciudades.

Para nosotros fue una experiencia inolvidable, llena de momentos emotivos que nos acariciaron el alma. Nos fuimos sabiendo que los niños y sus profesores podrán disfrutar de  energía limpia, confiable y constante para todas sus necesidades.

Así como esta iniciativa ha marcado el inicio de una nueva era de energía limpia y sostenible que ayudará a acceder a un futuro mejor para esos niños, también nos ha marcado a nosotros para mostrarnos el real propósito en la vida, recordado en las palabras de Mandela: dar tiempo y energía para ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.

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