Los sistemas de almacenamiento de energía de baterías (BESS, por sus siglas en inglés) son clave para integrar grandes cantidades de generación solar y eólica en las redes eléctricas. Estos sistemas permiten almacenar energía eléctrica para su uso posterior y ayudan a gestionar mejor la generación, almacenamiento y distribución de energía en el sistema eléctrico.
Mucho más que un simple almacenamiento de energía, los sistemas BESS suelen incorporar software avanzado y, en muchos casos, inteligencia artificial (IA) para optimizar su funcionamiento. Así, logran una gestión eficiente de la carga y descarga de las baterías, la predicción de la demanda de energía, y la integración con fuentes renovables.
En materia de energías renovables, limpias e inagotables, el Sol es un motor energético maravilloso, pero tiene un límite importante: si no hay Sol, no hay producción de energía. Pero combinando la generación fotovoltaica con el sistema BESS, las baterías pueden mitigar la naturaleza intermitente de la energía renovable almacenando la energía solar producida durante el día para utilizarla en la noche o en momentos en que no hay suficiente luz solar para garantizar una producción regular de energía.
Así nace el concepto de un sistema de almacenamiento de energía en baterías, llamado Battery Energy Storage System en inglés.
El principio de funcionamiento de un BESS es sencillo. Las baterías reciben la electricidad de la red eléctrica, directamente de la central, o de una fuente de energía renovable como los paneles solares u otra fuente de energía, y posteriormente la almacenan en forma de corriente para luego liberarla cuando se necesite. Cuando se combina con un software preciso, un BESS se convierte en una plataforma que combina la capacidad de almacenamiento de energía de las baterías con la inteligencia necesaria para ofrecer una gestión avanzada del consumo de energía aprovechando la IA, el aprendizaje automático y las soluciones basadas en datos.
En resumen, un BESS ayuda a gestionar mejor la generación, almacenamiento y distribución de energía en el sistema eléctrico.
Esto convierte a las baterías en una herramienta útil para contrarrestar el cambio climático, ya que facilitan un uso más flexible de la energía que le permite al usuario adaptarse a los descensos y picos de la demanda y el suministro. En general, los sistemas de almacenamiento de energía en batería promueven el despliegue de fuentes renovables, contribuyendo a reducir las emisiones de carbono e incluso a reducir los costos para las empresas y los hogares.
Por ejemplo, un BESS se puede cargar cuando la producción local de electricidad es alta o los precios de la electricidad son bajos y luego se puede descargar para alimentar otros dispositivos o devolver a la red durante períodos de precios altos. De esta manera, ayudan a los hogares a maximizar la autosuficiencia y también contribuyen a la estabilidad de la red en todo el sistema.
¿Por qué es necesario el almacenamiento en baterías?
El almacenamiento en baterías es una parte crucial de los sistemas de energía limpia. Un BESS contrarresta la intermitencia del suministro de energía renovable al liberar electricidad según la demanda y garantizar un flujo de energía continuo para las empresas de servicios públicos, las empresas y los hogares. Debido a la caída de los precios de las baterías, el almacenamiento en baterías tiene un alto potencial de ahorro de costos.
Un BESS puede capturar energía de diferentes fuentes y almacenarla en baterías recargables para su uso posterior. En un hogar, esta energía podría utilizarse durante períodos de máxima demanda, cuando los precios son altos o cuando la producción local es baja o no es posible (por ejemplo, por la noche), y así lograr reducir los costos. Las baterías a escala de red almacenan mayores cantidades de energía que pueden usarse como un recurso flexible para abastecer áreas más amplias cuando sea necesario. En ese sentido, un BESS es un activo altamente flexible que equilibra la demanda y la generación de energía.
Otra de las ventajas de tener un BESS es que hay menos dependencia de la red ya que los sistemas de almacenamiento en batería garantizan un suministro continuo de energía, incluso en momentos en que la red energética es inestable debido a picos de demanda o condiciones meteorológicas extremas.
Además, un sistema de almacenamiento en batería ofrece una solución de emergencia en caso de corte del suministro eléctrico, garantizando la continuidad de la actividad.
Para los usuarios comerciales e industriales, existen también varias aplicaciones:
•Reducción de picos, o la capacidad de gestionar la demanda de energía para evitar un pico repentino de consumo a corto plazo.
•Cambio de carga, que permite a las empresas trasladar su consumo de energía de un periodo a otro, aprovechando la batería cuando la energía es más cara.
•Flexibilidad, gracias a la cual los clientes pueden reducir la demanda de red de sus instalaciones en momentos críticos, sin modificar su consumo de electricidad. Por lo tanto, el almacenamiento de energía facilita mucho la participación en un programa de respuesta a la demanda y el ahorro de costes energéticos.
¿Dónde se utiliza el almacenamiento de energía de la batería?
Esta innovación tecnológica tiene hoy en día múltiples aplicaciones:
•Energías renovables: el almacenamiento de energía en baterías alinea los picos de generación solar y eólica con los picos de demanda.
•Residencial y comercial: reduce los costos de energía, mejora el factor de carga y gestiona los picos de demanda.
•Red de distribución de servicios públicos: equilibra la demanda fluctuante en las horas pico y al mismo tiempo reduce la sobrecarga de la red.
•Cargas industriales: proporciona energía de respaldo para cargas críticas, mejora el factor de carga y gestiona los picos de demanda.
•Electrificación del transporte: reduce la demanda en la red y permite una carga rápida sin aumentar los cargos por demanda.
La mayoría de los sistemas de almacenamiento de energía en batería duran entre 5 y 15 años. Como parte del ecosistema de soluciones para la transición energética, las baterías de almacenamiento de energía son herramientas que fomentan la sostenibilidad y, al mismo tiempo, ellas mismas deben ser totalmente sostenibles.
La reutilización de las baterías y el reciclaje de los materiales que contienen al final de su vida útil son objetivos de sostenibilidad integral y una aplicación eficaz de los principios de la Economía Circular.
Por eso, recuperar una cantidad cada vez mayor de materiales de las baterías y darles una segunda vida trae beneficios medioambientales, tanto en la fase de extracción como en la de eliminación. La reutilización de las baterías también aporta beneficios económicos.