Cómo son los grandes cables de ultra alto voltaje con los que China acelera el uso de energías renovables

Estos enormes cables de transmisión son fundamentales para la rápida construcción de centrales de energía eólica y solar, que se ubican en regiones lejanas a los lugares de consumo. Se trata líneas de transmisión UHV y se las conoce como los "trenes bala de la energía"
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China es un país controvertido por donde se lo mire a nivel contaminación ambiental. Por un lado es el país que más promueve el uso de carbón, principal contaminante del combustible fósil, y por otro lado, es la nación que más energía limpia genera en el mundo.

En 2024, el país instaló 357 gigavatios de energía solar y eólica, un 45% y un 18% más, respectivamente, que lo que estaba en funcionamiento a fines de 2023, según la Administración Nacional de Energía de China. Eso equivale a construir 357 plantas nucleares de tamaño completo en un año.

Las instalaciones significaron que China superó seis años antes la meta prevista para 2030: alcanzar 1200 gigavatios de energías renovables.

Si bien las emisiones totales de China son las mayores de cualquier país, el país reconoció, al menos en parte, que la rápida creación de energías renovables es esencial para la seguridad energética y climática.

China no sólo produce y utiliza mucha energía limpia, sino que es el mayor exportador mundial de equipos para fabricarla. Es el principal proveedor de baterías, paneles solares y turbinas eólicas, además de los electrolizadores que se utilizan para fabricar combustible de hidrógeno, según la Agencia Internacional de la Energía .

Pero el gigante asiático planea aumentar significativamente su suministro de energía renovable mediante el desarrollo de bases de energía eólica y solar a gran escala, en particular en regiones desérticas y áridas, al tiempo que se centra en los parques eólicos marinos y la integración de la energía hidroeléctrica con la eólica y la solar. Además, China pretende promover el desarrollo de energía renovable distribuida y aumentar la generación de energía solar térmica y con biomasa. Para apoyar estas iniciativas, se implementarán tecnologías avanzadas para la evaluación de recursos, la previsión energética y el control inteligente.

Pero ante tamaño crecimiento, hay un aspecto clave a tener en cuenta: el desarrollo de infraestructura para sostener esas nuevas fuentes energéticas. Así, la construcción de infraestructura energética avanzada, incluida la transmisión de corriente continua flexible y las redes inteligentes, es una prioridad para facilitar una mejor integración de las fuentes de energía renovable.

Los expertos en energía, afirman que la modernización de la red eléctrica principal y la mejora de los canales de transmisión interregionales optimizarán la distribución de energía, mientras que las mejoras en las redes de distribución aumentarán la flexibilidad y la capacidad, lo que respaldará el rápido crecimiento de la energía renovable distribuida.

Y un ejemplo de cómo China está trabajando en su impresionante nueva red eléctrica es la Central Convertidora Fengxian, cerca de la costa de la bahía de Hangzhou, en las afueras de Shanghái. Este centro de recepción de electricidad tiene un recorrido de unos 1.900 kilómetros de cables ultra avanzados que envían energía eléctrica a millones de hogares, oficinas y fábricas de Shanghái. En el otro extremo de la línea de transmisión se encuentra la Central Hidroeléctrica Xiangjiaba, en el sudoeste de China, que aprovecha la energía del poderoso río Jinsha, los tramos superiores del río Yangtze.

La línea de transmisión Xiangjiaba-Shanghai, que entró en operación en 2010, marcó un hito como uno de los primeros proyectos de ultra alto voltaje (UHV) en China. Esta tecnología, diseñada para transportar electricidad a largas distancias con alta eficiencia, fue clave para la construcción de una vasta red de infraestructura energética en el país. Apodadas como los «trenes bala de la energía», estas líneas transportan electricidad generada a partir de energía hidroeléctrica y carbón desde regiones remotas hasta las ciudades más pobladas.

Actualmente, China apuesta por los cables de alta tensión UHV como piezas fundamentales para la expansión de la energía eólica y solar, concentrada en regiones alejadas. Esta estrategia fue adoptada también por países como el Reino Unido, India y Brasil, convirtiendo a las líneas UHV en una herramienta clave para la transición energética global.

¿Cómo funcionan las líneas UHV?

Las líneas de transmisión UHV operan bajo el principio de que a mayor voltaje, menor es la corriente eléctrica necesaria para transmitir la misma cantidad de energía. Esta reducción en la corriente disminuye la pérdida de calor durante el transporte, permitiendo que la electricidad viaje largas distancias con mayor eficiencia.

En China, se consideran líneas UHV aquellas que operan con corriente continua (CC) a 800 kilovoltios (kV) o más, y corriente alterna (CA) a 1000 kV o más. Las líneas de CC permiten transportar más energía con menos pérdidas, aunque su construcción es más costosa. Por otro lado, las líneas de CA son más flexibles, ya que pueden conectarse a redes locales en el camino, pero su alcance suele ser inferior a 1500 kilómetros para mantener la rentabilidad.

La implementación de la tecnología UHV no fue una tarea sencilla. La propuesta fue presentada por la compañía State Grid en 2004 como una solución para conectar las centrales hidroeléctricas y de carbón con los centros económicos que demandaban grandes cantidades de electricidad. Aunque la iniciativa encontró inicialmente una fuerte oposición, se incluyó en el plan quinquenal de desarrollo nacional en 2006, lo que consolidó su importancia estratégica.

El primer proyecto UHV, una línea de CA de 640 kilómetros entre Shanxi y Hubei, comenzó a operar en 2009. Al año siguiente, la línea Xiangjiaba-Shanghai se convirtió en la más larga y potente del mundo, con capacidad para transportar hasta 6,4 gigavatios de energía hidroeléctrica. Desde entonces, China ha construido 38 líneas UHV, que combinan fuentes de energía hidroeléctrica, carbón, eólica y solar.

Aunque la tecnología UHV no fue concebida originalmente para transportar energía renovable, pasó a desempeñar un papel crucial en la transición energética de China. En 2022, el 56,2% de la electricidad transportada por estas líneas provenía de fuentes renovables, principalmente hidroeléctricas. Sin embargo, la proporción de energía eólica y solar todavía es baja, con un promedio del 27,25%.

Uno de los principales desafíos para aumentar la participación de las energías renovables es la intermitencia de la generación eólica y solar. Las líneas UHV permiten equilibrar estas variaciones al transportar electricidad desde regiones con condiciones climáticas favorables hacia aquellas con alta demanda energética.

El elevado costo de construcción es uno de los principales obstáculos para la expansión de la red UHV. China invirtió alrededor de 1,6 billones de yuanes (222.000 millones de dólares) en estas líneas, lo que obliga a garantizar un uso constante para recuperar la inversión. Esto llevó a que, en algunos casos, la energía de carbón reemplace a las fuentes renovables para asegurar la estabilidad de la transmisión.

A pesar de los desafíos, otros países están siguiendo el ejemplo de China. Brasil cuenta con dos líneas de CC de 800 kV para transportar energía hidroeléctrica desde la cuenca del Amazonas hacia regiones más pobladas. India, por su parte, implementó el programa Corredor de Energía Verde para conectar estados ricos en energía renovable con zonas urbanas.

Sin embargo, la construcción de redes UHV a nivel internacional enfrenta barreras regulatorias, costos elevados y la oposición de las comunidades locales. En Estados Unidos, la adopción de esta tecnología fue limitada debido a la complejidad de los permisos y la distribución de costos entre diferentes entidades.

Las líneas de transmisión UHV representan una solución innovadora para transportar energía a largas distancias con alta eficiencia, especialmente en países con vastos territorios como China. Aunque su implementación conlleva grandes desafíos económicos y ambientales, esta tecnología tiene el potencial de acelerar la transición energética global, permitiendo el uso masivo de energías renovables.

El modelo chino ofrece valiosas lecciones para otros países que buscan soluciones para integrar la energía eólica y solar a gran escala. No obstante, la combinación de redes UHV con microrredes y sistemas de generación distribuida será fundamental para construir un sistema energético sostenible y resiliente en el futuro.

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