Aunque las mujeres constituyen casi la mitad de la población mundial, la igualdad de género sigue siendo un gran desafío en las distintas sociedades y también en los ámbitos laborales. Aún en la actualidad, en pleno siglo XXI, con frecuencia las mujeres todavía son ignoradas, infravaloradas o peor remuneradas que los hombres.
Pese a que en la industria energética global las mujeres están significativamente infrarrepresentadas y son menos de una cuarta parte de la fuerza laboral general, el sector de las renovables es la excepción ya que supera esa cifra en varias ramas energéticas limpias.
Los datos se desprenden del último informe anual sobre empleo publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Allí se indica que la industria solar mundial empleaba a 4.9 millones de personas a finales de 2022, lo que representa un neto crecimiento respecto a los 4,3 millones de 2021.
Y particularmente, la representación femenina en la industria solar fue superior a la de cualquier otra energía renovable en 2022, alcanzando un 40% de la mano de obra, cifra que duplica la de los sectores de la energía eólica, el petróleo y el gas, según el informe. Cabe recordar que en la industria de hidrocarburos, las mujeres representan solo el 22% de la fuerza laboral, según datos de IRENA..
La industria solar fotovoltaica en expansión ofrece oportunidades profesionales desafiantes y a largo plazo en contextos tanto dentro como fuera de la red. El sector seguirá siendo el mayor impulsor del crecimiento del empleo en el área de las energías renovables, alcanzando aproximadamente 15,5 millones de puestos de trabajo para 2050 y ofreciendo un potencial real para mujeres y hombres.
Pero sin el pleno involucramiento de las mujeres, el crecimiento de las energías renovables no alcanzará su potencial. Si el negocio solar no incluye una perspectiva de género para incorporar a más mujeres, la industria estará perdiendo una gran reserva de talento con habilidades y perspectivas importantes para esta industria en expansión.
Además, el sector perderá la oportunidad de crear un mejor ambiente de trabajo para todos los empleados, ya que está demostrado que tener más mujeres en el lugar de trabajo mejora la cultura organizacional, lo que resulta en un mejor compromiso y retención de los empleados.
Desde el ámbito de acceso, la energía solar está siendo la energía aliada para muchas mujeres debido a que su aplicación en sistemas aislados o microrredes se presta más a la autogestión (a diferencia de otros tipos de energías). Y un ejemplo claro de ello es el surgimiento de importantes movimientos como las Solar Sisters en África, mujeres de comunidades rurales y con altos niveles de marginación, que encontraron en la energía solar un mecanismo de autoempleo y ahora pueden generar ingresos, mejorar el nivel de vida de sus familias, vendiendo lámparas solares en sus comunidades. Además, al autoemplearse contribuyen al desarrollo económico de sus alrededores, ya que teniendo iluminación por las noches, muchas mujeres pueden aprovechar más tiempo para trabajar, cosa que antes no les era posible.
Algo similar ocurre en India con las Solar Mamas, mujeres de edad media y avanzada que son capacitadas como ingenierías solares para instalar y dar mantenimiento a paneles solares.
Empleo femenino en el sector energético verde
No obstante, los analistas afirman que hoy el empleo femenino en el sector energético verde es “desigual”, ya que la mayoría de las mujeres ocupan puestos administrativos (58%), seguidos de los de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (38%) y los puestos técnicos no relacionados con estas disciplinas (35%). Las mujeres sólo representaban el 30% de los puestos directivos y el 17% del total de altos cargos.
“Se necesitan más acciones eficaces -como una mayor concientización, más políticas nacionales y mejores prácticas en el lugar de trabajo- para facilitar la entrada de las mujeres en el sector y mejorar sus perspectivas profesionales”, subraya el informe internacional.
Y agrega: “Sin el pleno compromiso de las mujeres, el crecimiento de las energías renovables no alcanzará su potencial. Si el negocio solar no incluye una perspectiva de género para incorporar a más mujeres, la industria estará perdiendo una gran reserva de talento con habilidades y perspectivas importantes para esta industria en expansión. Además, el sector perderá la oportunidad de crear un mejor ambiente de trabajo para todos los empleados, ya que está demostrado que tener más mujeres en el lugar de trabajo mejora la cultura organizacional, lo que resulta en un mejor compromiso y retención de los empleados”.
La dimensión de género de las energías renovables es un área crucial de atención en el trabajo analítico de IRENA, incluidos los empleos en energías renovables. El objetivo de la entidad mundial es mejorar la base de evidencia para informar la toma de decisiones por parte de los responsables de políticas, la industria y los profesionales del desarrollo.
Reconociendo las valiosas contribuciones de las mujeres en la fuerza laboral de IRENA, el Director General Francesco La Camera, dijo en un mensaje al personal en el que destacó: “En IRENA, estamos orgullosos de nuestro compromiso de crear un lugar de trabajo diverso e inclusivo, donde todos se sientan valorados y respetados. Creemos que la diversidad es una fortaleza y estamos comprometidos a promover la igualdad de género en la comunidad de las energías renovables y más allá”.
“Seguimos comprometidos a continuar con esta serie de informes y ampliar nuestras actividades, para profundizar en el tema y contribuir a impulsar la participación de las mujeres en todos los contextos”, agregó.
“La creación de oportunidades equitativas y la inclusión de políticas son clave para convertir a las mujeres en agentes de cambio en las respuestas climáticas globales. Le debemos a todos, independientemente de su género, ser agentes de cambio construyendo un lugar de trabajo justo, igualitario, amable y solidario”, aseguró Karen Grajeda, Jefa de Operaciones, Gestión y Enlace de IRENA.
Y hablando de formas de promover el liderazgo de las mujeres y garantizar que todos tengan igual acceso a las oportunidades, Celia García-Baños, Oficial de Programas de IRENA, remarcó: “Se debe permitir que las mujeres participen en la transición energética a través de redes interdisciplinarias, desarrollo de habilidades, entrenamiento, promoción y tutoría”.