Nuevos aires renovables están llegando a los países de América Latina y el Caribe, donde cada vez más personas toman conciencia de la importancia de apostar a los combustibles limpios y a la generación de energía verde.
En los últimos años, distintos gobiernos han impulsado leyes y proyectos de generación de electricidad a partir de fuentes renovables como la solar o la eólica, claro indicio de que la transición energética está ganando cada vez más fuerza.
Según el reporte publicado en marzo por la organización de investigación Global Energy Monitor, si se suman los proyectos que ya han sido anunciados por las empresas, los que están en etapa previa a la construcción o efectivamente están siendo construidos, la capacidad eólica y solar a gran escala de la región aumentará en más del 460% para 2030.
Así, el informe detalla que dentro de 7 años, se producirían unos 319 gigavatios de energía solar y eólica, aunque solo contando los parques solares que generan más de 20 megavatios y las eólicas de más de 10 megavatios, y sin tener en cuenta la energía que producen las hidroeléctricas.
“Actualmente, estos dos tipos energías tienen una capacidad de 69 gigavatios (27,6 solar y 41,5 eólica), lo que equivale a un poco más del 15% de la capacidad eléctrica de la región”, asegura el documento que sostiene que dicho número de 319 gigavatios se llegará a partir de la puesta en marcha de varios proyectos de gran escala que están en pleno desarrollo.
Uno de estos proyectos es el Parque Eólico H2 Magallanes, en Chile, que generará hasta 10 gigavatios y que, se espera, empiece a funcionar para 2027. “Está principalmente destinado a la producción de hidrógeno verde”, asegura el documento.
Y en Brasil se ubica el segundo gran proyecto, bautizado como Berço Das Gerais, pero que todavía no tiene fecha de entrada en operación. Eso sí, los números que promete, asombran: se trataría del mayor parque solar de Latinoamérica, con una capacidad de 5,7 gigavatios. De hecho, en este país, también se espera que entre en operación el mayor proyecto eólico costa afuera: el parque eólico marítimo Ventos Do Sul, que sería operado Ocean Winds, y que se prevé que también comenzará a funcionar en 2027.
“Brasil solía ser como el resto de países de América Latina y el Caribe en el que no había energía renovable. Pero de repente estamos viendo una explosión de proyectos que se unen con sus condiciones para poder generar energías renovables, incluyendo su gran territorio en costa”, explicó Kasandra O’Malia, una de las cinco autoras del informe.
El país carioca podría tener una capacidad de 217 gigavatios entre eólica y solar para 2030 lo que le convertiría en líder de la región. Le siguen, según esos cálculos, Chile (38), Colombia (37), Argentina y México (20), y Perú (10).
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llamado La Red del Futuro estimó que para llegar al 70% de renovables en la matriz eléctrica al 2030, se requieren aproximadamente 30 mil millones de dólares por año en inversiones en renovables. Considerando que en los últimos 5 años se han registrado en promedio 23.5 mil millones anuales, las inversiones tendrían que aumentar alrededor de un 30% para llegar a la meta planteada.
El presidente de la próxima conferencia de la ONU sobre cambio climático (COP28) que se desarrollará a fines de este año en Dubai llamó a “triplicar” la capacidad mundial de producción de energías renovables de aquí a 2030.
“Aceleremos el desarrollo de las energías renovables, que deben triplicar su capacidad de aquí a 2030 y duplicarla de nuevo para 2040. Debemos centrarnos con precisión en la eliminación gradual de las emisiones de combustibles fósiles, mientras incrementamos y ampliamos alternativas viables y asequibles sin emisiones de carbono”, pidió Sultan Ahmed Al Jaber, ministro de Industria y Tecnología de Emiratos Árabes Unidos (EAU), en una conferencia preparatoria de la COP28 que se llevó a cabo en la ciudad central alemana de Petersberg.
El llamado de Al Jaber durante el llamado Diálogo de Petersberg supone un apoyo público al objetivo marcado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que también defendió este objetivo en un encuentro a puerta cerrada con líderes del G7 en Japón, el mes pasado. “EAU ya se ha comprometido a quintuplicar su capacidad total hasta alcanzar los 100 gigavatios a finales de la década, para limitar el calentamiento global cuando el mundo se reúna en la COP28”, precisó Al Jaber.
“Sabemos que las energías que se utilizan hoy seguirán formando parte de la combinación energética mundial en el futuro previsible. Como tal, trabajaremos con el mundo para descarbonizar el sistema energético actual mientras construimos uno nuevo, capaz de hacer la transición incluso en las industrias con mayores emisiones”, agregó.
El presidente de la COP28, que se realizará en Dubai del 30 de noviembre al 12 de diciembre, afirmó que los esfuerzos se deben centrar en eliminar las emisiones que éstas producen y en incentivar la utilización de energías renovables.
Este año, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU advirtió que las temperaturas mundiales podrían incrementarse en más de 1,5 ºC respecto a la era preindustrial en unos diez años, rebasando así el límite impuesto en el acuerdo de París de 2015.
El objetivo de París es mantener el aumento de la temperatura en no más de 1,5 grados centígrados a mediados de siglo, en comparación con los niveles preindustriales, para mitigar problemas como las sequías, las inundaciones y la escasez de alimentos y agua. Los científicos afirman que nos estamos acercando a la marca de 1,2 grados y que vamos camino de alcanzar los 2,7 grados.
Antes de París, la tendencia era de 4 grados. El aumento de las temperaturas podría provocar catástrofes naturales más frecuentes. Aumentar significativamente las energías renovables supone un impulso energético accesible para los países en desarrollo.
Al Jaber también instó a los países desarrollados a cumplir con su compromiso de donar 100.000 millones de dólares al año a los países emergentes para combatir el cambio climático. Esta promesa de las naciones desarrolladas se remonta a 2009, y debería alcanzarse con tres años de retraso con respecto al objetivo inicial de 2020.
Uno de los aspectos más destacados de la COP27 en Egipto fue un fondo para pérdidas y daños, que compensa a las naciones menos desarrolladas. De hecho, 138 países con menos del 1% de las emisiones anuales de CO2 están a merced de 20 naciones que representan el 80% de esas emisiones. Aunque el acuerdo es histórico, aún debe determinar qué países reciben financiación y quiénes contribuyen a aportarla.
Los expertos en energías renovables afirman gracias a su compatibilidad con muchas actividades tradicionales (ganadería, apicultura, agricultura de cultivos bajos) e incluso con la valorización de subproductos de otras industrias, como es el caso de la biomasa, estas fuentes renovables permiten la creación de riqueza y empleo en las distintas regiones, especialmente en el entorno rural, donde se implantan la mayoría de los proyectos renovables.
“La ciencia lo indica claramente: para evitar los impactos más negativos del cambio climático, es necesario reducir las emisiones a casi la mitad en 2030 y alcanzar el cero neto en el año 2050. Para lograrlo, necesitamos dejar de depender de los combustibles fósiles e invertir en fuentes de energía alternativas que sean limpias, accesibles, asequibles, sostenibles y fiables”, destaca un informe de Naciones Unidas sobre energías renovables.
Y concluye: “Las fuentes de energías renovables, que se encuentran en abundancia en nuestro entorno, ya sean aportadas por el Sol, el viento, el agua, los residuos o el mismo calor de la Tierra, son renovadas por la propia naturaleza y emiten pocos (o ninguno) contaminantes o gases de efecto invernadero en el aire”.