La COP29 concluyó con acuerdos débiles de financiamiento, pero metas auspiciosas sobre energías renovables

Después de 15 días de frenéticas negociaciones en el marco de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, se amplió levemente el monto de compensación a países vulnerables a los efectos del calentamiento global y se favoreció la adopción masiva de energías renovables como la solar y la eólica.
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La COP29, formalmente la 29ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, terminó en Azerbaiyán después de dos semanas de negociaciones, en las que se acordó un financiamiento -para muchos escaso- a países vulnerables para mitigar las consecuencias que genera el calentamiento global, pero fue positivo por las novedades vinculadas a la implementación de las energías verdes.

Los países desarrollados se comprometieron a aportar 300.000 millones de dólares anuales para compensar a los países que más padecen los efectos del cambio climático. Esta cantidad, aunque significativa, ya que triplica el monto acordado hace 5 años, fue considerada insuficiente por varias naciones en desarrollo que habían solicitado más de un billón de dólares en asistencia para abordar eficazmente la crisis climática.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, enfatizó la necesidad de convertir las promesas en acciones rápidas, destacando que “los compromisos deben convertirse rápidamente en dinero en efectivo». En este contexto, precisó que “el financiamiento es crucial para que los países en desarrollo, que enfrentan deudas abrumadoras y condiciones meteorológicas extremas, puedan transitar hacia energías renovables de manera efectiva”.

Implementación de energías renovables

Una de las noticias positivas que circuló en la COP29 fue cómo la implementación de energía solar y eólica barata avanza a pasos agigantados hacia el objetivo global de triplicar la capacidad renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030. Así, la energía limpia está en camino de satisfacer la mitad de la demanda de electricidad en todo el mundo para la próxima década.

Mientras se desarrolló la COP29 en Bakú, Azerbaiyán, el Consejo Solar Global anunció que la capacidad fotovoltaica (FV) mundial alcanzó el hito de 2 Teraviatios (TW) o 2000 Gigavatios (GW) solo dos años después de que se alcanzara el primer teravatio. El organismo destacó que los avances tecnológicos en la implementación de energía fotovoltaica han reducido drásticamente los costos, convirtiendo a la energía solar en la fuente de energía más asequible en muchas partes del mundo.

Para alcanzar 1 TW se necesitaron 68 años, pero la industria duplicó su capacidad hasta 2 TW en solo 2 años. “Este logro pone de relieve el papel fundamental de la energía solar en el panorama energético mundial”, sostuvieron sus responsables e indicaron que 2 TW de capacidad solar equivalen aproximadamente a la capacidad instalada total de Estados Unidos, el Reino Unido y la India juntos, y más del doble de la Unión Europea.

Para cumplir los objetivos de energía renovable de 2030, el Consejo Solar Global enfatizó la necesidad de triplicar la capacidad renovable global actual y cuadriplicar las instalaciones solares a 8 TW. Con un factor de capacidad del 20%, 2 TW de energía solar podrían, en teoría, abastecer a unos 1000 millones de hogares con un consumo medio de 3,5 MWh al año. Sin embargo, la energía solar requiere soluciones de almacenamiento y fuentes de energía adicionales para un suministro constante las 24 horas.

El Consejo Solar Mundial también destacó la necesidad de contar con una capacidad de almacenamiento global de 1,5 TW y una importante expansión de la red para 2030. Cabe destacar que la capacidad de fabricación mundial ha alcanzado 1,1 TW por año.

En la COP29, el Consejo lanzó el Grupo Internacional de Financiamiento Solar para fomentar la colaboración entre la industria y las finanzas y reducir los costos de financiamiento solar en los mercados en desarrollo del 15% al 5%. El presidente del Consejo Solar Global, Máté Heisz, destacó la urgencia de contar con el apoyo de los gobiernos y los inversores para cumplir los objetivos globales en materia de energías renovables.

Otro de los aspectos destacados del encuentro internacional fue el establecimiento de un mercado mundial de carbono, regulado por el Artículo 6 del Acuerdo de París. Este mercado global permitirá a los países colaborar más eficazmente en la reducción de emisiones, intercambiando créditos de carbono válidos en todo el mundo. Este sistema ofrece un incentivo para invertir en proyectos respetuosos con el clima, creando un entorno en el que las reducciones de emisiones sean reales y auditables.

Preocupación por reducir la emisión de gases contaminantes

La argentina Celeste Saulo, Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), subrayó la importancia de adoptar medidas drásticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer los sistemas de alerta temprana. La OMM planea seguir utilizando sus informes sobre el estado del clima para guiar políticas y acciones climáticas.

Según la actualización sobre el estado del clima de la OMM, el año 2024 va camino de ser el más cálido registrado. Los gases de efecto invernadero se encuentran en niveles récord observados. El aumento del nivel del mar se está acelerando, el retroceso de los glaciares no tiene precedentes y los fenómenos meteorológicos extremos han causado importantes pérdidas de vidas y medios de subsistencia en todo el mundo. 

“Es hora de actuar. Si queremos un planeta más seguro, es nuestra responsabilidad. Es una responsabilidad común, una responsabilidad global. El resultado de la COP29 con la aprobación de 300.000 millones dólares anuales de financiamiento es un gesto de apoyo a los más vulnerables, pero todavía queda mucho por hacer”, afirmó Saulo.

La COP29 también debatió sobre la importancia de la transparencia en las políticas climáticas. Hasta ahora, solo 13 países han presentado sus Informes Bienales de Transparencia (BTR), un paso fundamental para evaluar el progreso global. Sin embargo, no se lograron acuerdos vinculantes que obligasen a las naciones a incrementar sus compromisos.

Se destacó la necesidad de actualizar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) para reflejar nuevos objetivos más ambiciosos y realistas, alineados con el límite de calentamiento de 1,5 °C. La adaptación y la mitigación son áreas donde aún queda mucho trabajo por hacer. Aunque se presentaron algunos planes, la falta de referencias a la eliminación progresiva de combustibles fósiles deja un vacío que deberá abordarse en futuras cumbres.

El sector privado emergió como un actor clave durante la COP29, demostrando su potencial para fomentar una transición hacia una economía sostenible. A través de eventos organizados por el Pacto Mundial de la ONU, se destacó la importancia de la colaboración público-privada. Estas iniciativas son fundamentales para convertir compromisos en acciones tangibles, especialmente en innovación y transición energética.

Durante la cumbre, se llevaron a cabo discusiones sobre cómo las empresas pueden adoptar estándares internacionales para mejorar la transparencia climática, lo cual no solo mide el impacto ambiental con precisión, sino que también impulsa la competitividad empresarial.

Mirando hacia el futuro: la COP30 en Brasil

Mientras el telón sobre la COP29 cayó, el mundo dirige su atención hacia la COP30, que se llevará a cabo en noviembre de 2025 en Belém, Brasil. Esta localidad, ubicada en el corazón del Amazonas, proporciona el contexto perfecto para centrar la atención en la preservación de los ecosistemas y la acción climática global.

La COP30 ofrecerá una oportunidad única para discutir medidas más ambiciosas, asegurando que los compromisos financieros se traduzcan en resultados tangibles.

La región amazónica es vital para la salud del planeta, y su protección debe ser una prioridad en las políticas climáticas futuras.

Guterres instó a las naciones a ver el acuerdo de la COP29 como un punto de partida sobre el cual construir, llamando a todos los países, especialmente a los mayores emisores de gases, a presentar nuevos planes de acción climática. Estos deben abordar todas las emisiones, acelerar la eliminación de combustibles fósiles y promover una transición energética justa.

La COP29 ha dejado claro que, aunque se han logrado avances significativos, la tarea para enfrentar el cambio climático está lejos de completarse. A medida que las naciones se preparan para la COP30, la urgencia de abordar los desafíos restantes se hace cada vez más evidente.

Mientras tanto, el reloj climático sigue avanzando, y el futuro del planeta depende de acciones conjuntas, como la adopción de tecnologías limpias y fuentes de energías renovables, en las que la cooperación global sea el motor de un cambio sustancial y equitativo.

El calentamiento global ya está afectando a nuestro planeta, pero según el sexto informe del IPCC, aún estamos a tiempo de limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC si alcanzamos las emisiones netas cero para 2050 y reducimos significativamente los gases de efecto invernadero.

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