A raíz de la vuelta de Franco Colapinto a la Fórmula 1, representando al equipo Alpine, la máxima categoría del automovilismo volvió a ser furor en Argentina. Lo que no todos saben es que este deporte, históricamente asociado a la velocidad, el ruido de los motores y el consumo intensivo de combustibles, está protagonizando una importante transformación de cara al futuro, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones de carbono para 2030. Esto lejos de tratarse de una declaración de intenciones, se trata de una reconfiguración profunda de sus operaciones de logística y tecnología. Y lo hechos así lo demuestran.
Una de las medidas más evidentes durante los últimos años ha sido la renovación de su sistema logístico en Europa: 37 camiones alimentados con biocombustibles se encargaron de transportar el equipamiento de los equipos durante gran parte del calendario 2024, logrando una reducción promedio del 83% en las emisiones generadas por esta actividad. Esta medida, inédita en el deporte de motor, demostró que es posible mover estructuras tan complejas con alternativas energéticas más limpias.

La adopción de combustibles sustentables en la Formula 1 no se ve limitada solo al transporte terrestre. Durante la última temporada, el campeonato destinó una inversión significativa al uso de Combustible de Aviación Sostenible (SAF), logrando reducir en aproximadamente un 80% las emisiones de carbono por vuelo frente al uso de combustibles convencionales. Evitando la emisión de 8.000 toneladas de CO₂ equivalente (tCO2e) en los traslados aéreos de su calendario 2024. Esto representó una disminución del 19% en las emisiones logísticas totales de la categoría.
Pero la innovación no se queda solo en el traslado de equipos. La energía que alimenta los circuitos y el paddock también está cambiando. Desde 2024, varias carreras europeas comenzaron a prescindir de los generadores a gasoil individuales para incorporar un sistema energético centralizado y más limpio, compuesto por paneles solares, generadores de aceite vegetal hidrotratado (HVO) y sistemas de almacenamiento BESS (Battery Energy Storage Systems). Este modelo, desarrollado por la empresa Aggreko, redujo en más de un 90% las emisiones asociadas al uso energético en boxes, hospitalities y zonas técnicas. Esto está permitiendo eliminar el requisito de que la Fórmula 1, sus 10 equipos y la FIA utilicen sus propios generadores. El primer circuito en incorporar esta tecnología fue el que vio de vuelta a Franco Colapinto en el paddock, el Gran Premio de Emilia-Romaña.
En este esquema, los sistemas BESS cumplen un rol estratégico: permiten almacenar la energía generada por fuentes renovables durante las horas pico de radiación solar y liberarla cuando más se necesita. Se trata de baterías de litio de alta capacidad que funcionan como pulmón energético del paddock, asegurando estabilidad, autonomía y continuidad operativa sin recurrir al gas natural o gasoil. Es, en definitiva, una infraestructura que permite a la F1 operar como un pequeño ecosistema autosustentable para abastecer de energía a cada gran premio de la “máxima”.

Uno de los casos paradigmáticos de este proceso de reducción de emisiones es el Gran Premio de Baréin, el primero en adoptar un sistema de autoabastecimiento solar para el circuito de Sakhir. Desde 2022, las instalaciones del trazado obtienen la mayor parte de su energía de paneles fotovoltaicos, integrando también soluciones de almacenamiento. La construcción del parque solar que alimenta el circuito de Baréin demandó siete meses, donde se instalaron 7.125 paneles que totalizan 3 MW de potencia. Esta experiencia fue replicada y adaptada en otras sedes, marcando el camino hacia una Fórmula 1 menos dependiente del petróleo, incluso en los circuitos de Medio Oriente, corazón petrolero mundial.
Además de Baréin vale destacar que el Gran Premio de Austria redujo sus emisiones en más del 90% entre boxes, paddock y recinto de transmisión mediante un programa piloto de energía de última generación. Por su parte, el Gran Premio de Gran Bretaña, en el histórico circuito de Silverstone, se abastece íntegramente con energías renovables. Esto gracias a la instalación de 2.746 paneles solares y el uso de aceite vegetal hidrotratado (HVO) en todos los generadores temporales.

La sostenibilidad también se proyecta hacia el futuro de los propios monoplazas. Para 2026 los nuevos motores híbridos de la F1 estarán diseñados para funcionar con combustibles 100% sostenibles, lo que permitirá mantener el alto rendimiento actual sin aumentar la carga ambiental. Vale destacar que este combustible ya se utiliza tanto en F2 como en F3. De este modo, la máxima categoría busca posicionarse no solo como un espectáculo global, sino como una plataforma de desarrollo para tecnologías sustentables aplicables a la industria automotriz a nivel global.