A cuatro años de la publicación de la reglamentación de la ley 27.424 de Generación Distribuida en la Argentina, la generación de energía renovable por parte de usuarios de red de distribución no para de crecer, especialmente la producida por paneles solares.
Esta legislación habilita a los consumidores de electricidad a convertirse en generadores a partir de una fuente de energía renovable para el autoconsumo y posibilita la inyección a la red del sobrante producido y no consumido.
El crecimiento sostenido de la generación de energía renovable lo confirma un reciente informe de la Secretaría de Energía de la Nación, que indica que con 1.822,4 gWh de energía generada a partir de fuentes limpias en el mes de octubre se alcanzó una nueva marca histórica.
“Estos números ratifican que las renovables son ya una parte del sistema interconectado, con una presencia federal de las distintas provincias. Por eso vamos a seguir trabajando con ellas en busca de sumar la mayor presencia posible de este tipo de energías”, expresó el subsecretario de Energía eléctrica, Santiago Yanotti. A su vez, además del volumen de generación mensual correspondiente, también se destacan los datos relacionados con el cubrimiento mensual de demanda eléctrica, el récord instantáneo de abastecimiento y la participación fotovoltaica.
Pero esta nueva tendencia energética no se hace sola. Necesita de actores comprometidos, no solamente con el negocio y ahorro que puede suponer la generación de energía eléctrica a partir de una fuente renovable, sino también con la responsabilidad de adoptar una modalidad de trabajo a partir del cambio de paradigma ecológico junto al servicio de brindar trabajo y capacitación a la comunidad para promover las energías limpias para consumo diario.
Ahí es donde entra en escena RAYO, un emprendimiento social que nació a partir de la asociación civil Ingeniería Sin Fronteras Argentina (ISF-Ar) y que ahora brinda servicios de diseño e instalación de sistemas solares fotovoltaicos residenciales, comerciales e industriales.
“Se trata de una iniciativa que busca generar un triple impacto. El impacto ambiental, a través de la transición energética a fuentes de energía renovables, bajando las barreras que dificultan la incorporación de estas tecnologías. El segundo impacto es social, cuyo objetivo es incluir laboralmente a sectores en situación de vulnerabilidad, en un mercado que mundialmente está en crecimiento. Y el tercero es el impacto económico. En RAYO, la ganancia se reinvierte en un 100%. Por un lado, en hacer crecer el emprendimiento. Por el otro, en apoyar proyectos sociales de Ingeniería Sin Fronteras Argentina a lo largo y ancho del país”, explicó a Portal Solar, Agustín Lohigorry Responsable de Proyectos y comercial.
“Desde RAYO se busca facilitar el acceso a las energías renovables para construir un mundo más sustentable. Es una invitación a participar activamente de la transición energética, pero, además, la posibilidad de ser parte de un proyecto con impacto social”, agregó Lohigorry.
Para este proyecto original que está dando sus pasos para convertirse en una cooperativa, es clave el desarrollo de proyectos con propósitos sociales que alienten la adopción de la matriz solar como fuente de la energía a consumir para distintos ámbitos de la vida diaria, especialmente en comunidades con derechos vulnerados.
“RAYO surgió desde Ingeniería Sin Fronteras Argentina a partir de la realización de cursos en los que la organización viene trabajando desde prácticamente sus inicios en 2012, con el objetivo de contribuir a la formación de oficios. Estos cursos buscan ofrecer una formación de calidad con proyección de desarrollo a futuro, estableciendo así un ‘semillero’ de personas calificadas para un mercado laboral global en crecimiento. Entre el 2018 y el 2019, estos cursos de instaladores de sistemas fotovoltaicos residenciales se dictaron en barrios en situación de vulnerabilidad social. A fines de 2019, durante la jornada de cierre anual de ISF-Ar, avanzamos con la idea de sumar a lo realizado en años anteriores la importancia de actuar inmediatamente respecto a la crisis climática y canalizar a partir de un emprendimiento social”, rememoró Lohigorry.
Estos cursos dictados en la carrera de Instalador de Sistemas Eléctricos de Energías Renovables (ISEER) dictados en el Centro de Formación Profesional Nro 38 del Barrio 31, que depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, buscaron dar respuesta a distintos tipos de demandas técnicas, como la instalación de paneles y baterías solares, proyectos de bombeo solar, y otras tecnologías de aprovechamiento solar, como por ejemplo la solar térmica.
Uno de los responsables de RAYO indicó que actualmente están trabajando y realizando instalaciones en Buenos Aires y en Córdoba, además de algunos trabajos efectuados en Santiago del Estero, el área de Cuyo y Bariloche.
Sobre el crecimiento sostenido que está teniendo la energía solar en el país, Lohigorry comentó que existen dos aspectos centrales que podemos comentar para este crecimiento lento pero sostenido: el primero que refiere al tema de las tarifas, ahí es donde se volverá un mercado muy atractivo y va a crecer más rápido. Y el segundo es la difusión y concientización que se está dando en este último tiempo, como por ejemplo, los medios como este mismo, que habla sobre la temática y la lleva a todos lados.
Víctor Liste Responsable Técnico de Proyectos de RAYO y también profesor de energías renovables en el Centro de Formación Profesional número 38 de Villa 31, donde enseña y capacita a los próximos instaladores de energía solar en el país. “Estamos en pleno trámite para convertirnos en cooperativa. El cambio de formato es para crecer y dar un salto importante en nuestro trabajo y en nuestra visión como empresa emprendedora y amigable con el medio ambiente. El objetivo final es acelerar la transición energética a nivel nacional. La iniciativa viene de ISF Argentina y es por eso que también es la razón de que RAYO se convierta en una cooperativa, así logramos tener un formato acorde al funcionamiento que proyectamos”, explicó Liste a Portal Solar.
Y agregó: “Así, nuestro proyecto para crecer con RAYO, armando equipos que funcionen de manera independiente en todo el país. Como el equipo de Córdoba, que ya tiene instalaciones propias y sigue creciendo mes a mes. Hoy desarrollamos instalaciones cada vez más desafiantes, y aún, seguimos especializándonos en desarrollar mejores instalaciones residenciales que aportan un gran valor al cambio de matriz energético en Argentina”.
Según recuerda Liste, en los 10 años que trabajó con ISF pasaron muchos voluntarios y han capacitado a muchas personas que hoy son grandes instaladores de equipos solares. “En el CFP doy el curso ISEER que es muy intensivo ya que se desarrolla 4 días a la semana y dura todo el año. Primero se aprende a ser electricista y luego técnico instalador de sistemas eléctricos de energías renovables.”
“En 2018 hicimos distintos cursos en barrios de San Martín sobre instalación de paneles solares y en 2019 salió la idea de hacer una empresa o emprendimiento para la instalación de paneles solares que tenga el triple impacto que nosotros buscamos: ambiental, social con salida laboral y la parte económica para no tener una plusvalía, sino de reinvertir y generar más proyectos. Así nació Rayo. Durante la pandemia en 2020 se avanzó con el diseño de marca y se armaron distintos proyectos en casas de familiares y propias para la práctica de instalaciones fotovoltaicas”, amplió el profesor.
“Con el crecimiento que está viviendo la energía solar, hoy en el país la razón por la no se hacen tantas instalaciones es por falta de instaladores, no por falta de conocimiento sobre esta fuente energética. Por eso, buscamos crear mano de obra que ayude a desarrollar la tecnología solar en el país. El grupo de instaladores que formamos se mantiene unido con el tiempo. Se comparte mucho conocimiento en forma permanente. Hay una camaradería increíble en quienes somos instaladores y buscamos potenciar la energía renovable. Muchos son docentes además de instaladores y notan que el rubro se está volviendo cada vez más rentable. Pero la realidad es que al principio es muy difícil lograr el crecimiento, por eso ayudamos con la incubación de distintos proyectos”, sostuvo Liste.
Sobre algunos de los recientes proyectos de RAYO podemos mencionar las instalaciones en hogares de ancianos. Uno fue en 2021 de una inyección de red de 15 kW. Y en el otro, se instalaron 5 kW de paneles y se ampliaron a 5 kW para poner a futuro. Dos de inyección a la red. Fueron instalados 12 paneles Amerisolar y Jinko. Con inverters Growat y Deye de 10 kW on grid. Se utilizaron baterías de litio Pylontech y Growat.“Otro proyecto fue en una Granja en Marcos Paz donde instalamos paneles solares para hacer inyección a la red. Los paneles fueron instalados en el techo del estacionamiento de tractores, con 36 paneles Amerisolar de 450 Watts y un inversor de 30 kW Growatt. También hicimos otro trabajo en la imprenta Madygraf, que se trata de una cooperativa recuperada. Se hizo con Pilotines y 40 paneles bifaciales de 20 kW. Se utilizó un inverter de 30 kW para ampliar con más paneles a instalar a futuro”. Precisó Liste que contó orgulloso que este año fueron finalistas en el Premio Cites impulsado con Sancor Seguros y DAIA, que también es una cooperativa que busca ayudar a los proyectos nuevos y emergentes a consolidarse. “Nos asesoraron y ayudaron a traccionar los emprendimientos y aprender cómo es el trabajo cooperativo que nos sirve mucho de cara a los próximos pasos de RAYO”, concluyó.