Siguiendo la tendencia mundial hacia un cambio de generación de fuentes renovables y ecológicas para el uso de la energía, el gobierno de Entre Ríos impulsa proyectos nuevos que abarcan comunidades postergadas y alejadas de las grandes urbes.
Así, los equipos técnicos de la Secretaría de Energía local realizaron seis relevamientos para instalar energía solar en edificios escolares y Áreas Naturales Protegidas de Entre Ríos, todos lugares que no tienen cerca una red eléctrica de suministro.
La Coordinación de Energías Renovables y Eficiencia Energética de Entre Ríos, dependiente de la Secretaría de Energía, en conjunto con la empresa adjudicataria de la licitación, han realizado el relevamiento para confirmar y verificar la ubicación tanto de los paneles solares como de las baterías.
Gracias al Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales (Permer) los establecimientos elegidos contarán con un sistema fotovoltaico para desarrollar sus actividades. Este proyecto se propone brindar acceso a la electricidad con fuentes renovables a la población rural del país que no puede acceder a ella por su lejanía con las redes de distribución. Para ello, se instalarán baterías y equipos de generación fotovoltaica que permitirá mejorar significativamente la calidad y cantidad de la energía disponible.
Se trata de dos áreas de intervención: escuelas elegidas mediante un trabajo en conjunto con el Consejo General de Educación (CGE), y Áreas Naturales Protegidas, como la Reserva Natural Chaviyu en la localidad de Federación, y el Islote Curupí, en Paraná.
“Esta fuente de generación de energía renovable mejorará muchísimo la vida de las personas que trabajan y visitan estas reservas como así también a quienes desempeñan tareas en las escuelas y a quienes transitan día a día en ella que son los estudiantes”, explicó el coordinador de Energías Renovables y Eficiencia Energética de Entre Ríos, Germán Rearte.
“Es una gran satisfacción que de a poco se puedan ir equipando las instituciones educativas con este tipo de fuente sostenible y, por supuesto, que eso redunde en una mejora de la calidad de la vida”, agregó Rearte.
En cuanto a los beneficios ambientales, los paneles reducen la huella de CO2, evitan el uso de fuentes contaminantes para la generación de energía y disminuyen la temperatura ambiente, colaborando con el aislamiento térmico.
Además, desde que se reglamentó la Ley 27.424 (conocida como la “Ley de energía distribuida”) en 2018, la generación de energía a partir de fuentes renovables puede utilizarse para autoconsumo y, en caso de haber excedente, puede inyectarse a la red de distribución. También hay beneficios impositivos en las provincias adheridas a la Ley.
