Cada año que termina una Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, llamadas también COP, el mundo observa en general pocos avances respecto al año anterior. La expectativa es grande cada vez que casi 200 países se reúnen para discutir temas ambientales y buscar reducir los gases de efecto invernadero, pero los resultados suelen ser escasos.
Si bien la frustración le termina ganando a las pocas promesas o acuerdos que terminan concretándose, la última COP 28, celebrada en noviembre pasado en Dubai, promete generar un nuevo paradigma energético mundial, según coinciden los especialistas.
Esta última cumbre ha logrado concretar el compromiso de triplicar la capacidad instalada de energía renovable en el mundo para 2030 a fin de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C. Este compromiso ha obtenido el apoyo de 118 países, y algunos incluso han presionado para que el acuerdo sea global.
Triplicar la producción mundial de energía renovable a 11.000 GW para 2030, junto con duplicar la eficiencia energética, es la acción de mayor impacto para descarbonizar rápidamente esta década, destacaron las autoridades de la Presidencia de la COP 28. En este impulso, la energía solar y la eólica desempeñarán el papel más importante. Pero todas las tecnologías de energía renovable serán esenciales, como también la nuclear y termodinámica.
“Que 118 países se comprometan a triplicar las energías renovables globales para 2030 es un gran logro en la COP 28. Este compromiso marca el inicio de un nuevo paradigma energético y una oportunidad única en una generación para hacer la transición a un sistema energético limpio, seguro y justo”, afirmó Bruce Douglas, director ejecutivo de Global Renewables Alliance (GRA).
“Ahora debemos convertir esta ambición en acción y responsabilizar a los responsables políticos por el cumplimiento de sus compromisos. Para lograrlo, necesitamos que la triplicación se refleje en NDC actualizadas, con mayores objetivos nacionales y una rápida implementación en todos los facilitadores clave”, agregó el experto.
El GRA representa a los principales actores de la industria internacional y proporciona una voz unificada en materia de energía renovable. Compuesta por los miembros fundadores: el Consejo Mundial de Energía Eólica, el Consejo Mundial Solar, la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica, la Asociación Internacional de Geotermia, el Consejo de Almacenamiento de Energía de Larga Duración y la Organización del Hidrógeno Verde, la Alianza tiene como objetivo aumentar la ambición y acelerar la adopción de energías renovables alrededor del mundo.
La COP 28 cerró con un acuerdo que señala el «principio del fin» de la era de los combustibles fósiles, sentando las bases para una transición rápida, justa y equitativa, respaldada por profundas reducciones de emisiones y una mayor financiación. Como señaló el Presidente de la COP 28, el sultán Al Jaber: «Por primera vez en el acuerdo final de la COP tenemos un lenguaje sobre los combustibles fósiles. El acuerdo menciona claramente la dirección de la transición energética, y que la escala y el ritmo del cambio no puede detenerse ni retroceder”.
«Aunque en Dubai no hemos pasado la página de la era de los combustibles fósiles, este resultado es el principio del fin. Ahora todos los gobiernos y empresas deben convertir estos compromisos en resultados económicos reales, sin demora», declaró Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático. El balance mundial se considera el resultado central de la COP 28, ya que contiene todos los elementos que se estaban negociando y que ahora pueden ser utilizados por los países para desarrollar planes de acción climática más sólidos que deberán estar listos en febrero de 2025.
Según el balance, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse un 43 por ciento para 2030, en comparación con los niveles de 2019, para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados. Sin embargo, el balance señala que las partes no van por buen camino para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
El balance mundial pide que se tomen medidas para lograr, a escala global, triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar las mejoras de eficiencia energética para 2030. La lista también incluye la aceleración de los esfuerzos hacia la reducción progresiva de la energía del carbón, eliminación progresiva de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles y otras medidas que impulsen la transición que deje atrás los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de una manera justa, ordenada y equitativa, con los países desarrollados continuando a la cabeza.
A corto plazo, se anima a las partes a que presenten objetivos ambiciosos de reducción de emisiones para toda la economía, que abarquen todos los gases de efecto invernadero, sectores y categorías.
Compromiso mundial a un planeta menos contaminado
Cerca de 85.000 participantes, entre ellos más de 150 jefas y jefes de Estado y de Gobierno, además de representantes de delegaciones nacionales, sociedad civil, empresas, pueblos indígenas, jóvenes, y organizaciones internacionales asistieron a la COP 28 del 30 de noviembre al 13 de diciembre de 2023.
La COP 28 fue especialmente trascendental, ya que marcó la conclusión del primer balance mundial, que evalúa las acciones implementadas hasta ahora para hacer frente al cambio climático en el marco del Acuerdo de París.
Tras haber demostrado que los avances eran demasiado lentos en todos los ámbitos de la acción climática -desde la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta el refuerzo de la resiliencia ante un clima cambiante, pasando por el apoyo financiero y tecnológico a las naciones vulnerables-, los países respondieron con una decisión sobre cómo acelerar la acción en todos los ámbitos de aquí a 2030.
“Lo que me parece importante es que estos compromisos se traduzcan en resultados en la economía real, que es donde realmente se pone en práctica la acción por el clima”, precisó Stiell en el marco de la clausura de la COP 28. “En este frente, la COP 28 dio algunos pasos importantes. Se han hecho progresos”, sumó el funcionario y enumeró los logros:
– Triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética.
– Poner en funcionamiento el fondo de pérdidas y daños, y hacer un primer pago inicial.
– Un marco para el Objetivo Global de Adaptación.
Sin embargo, a pesar de los avances, dejó en claro que las iniciativas anunciadas “son salvavidas de la acción climática, no la línea de meta «.
“La COP 28 también tenía que poner freno al principal problema climático de la humanidad: los combustibles fósiles y su contaminación que quema al planeta. Cosa que todavía no sucedió”, añadió.
En el texto final se pide a los países que abandonen los combustibles fósiles rápidamente, de forma justa y ordenada. Es en este punto donde se suma el incremento de las energías renovables para 2030.
En esa transición energética “justa y ordenada”, tras varios y acalorados debates, concluyeron en que será necesario utilizar “combustibles de transición al petróleo y carbón”. Específicamente, se trata de un guiño al llamado “gas natural”, que es fuertemente cuestionado porque no deja de ser un combustible fósil.
“Aunque en Dubái no hemos pasado totalmente la página de la era de los combustibles fósiles, es evidente que estamos ante el principio del fin”, volvió a remarcar el Secretario Ejecutivo de la ONU sobre Cambio Climático.
“En todas las etapas, la acción por el clima debe avanzar a la par que el desarrollo humano, la dignidad y las oportunidades para todos. Hemos escuchado las preocupaciones de Samoa y de todos los Estados insulares que dejaron claro en la plenaria que este consenso no es suficiente para proteger a sus poblaciones y al planeta. El hecho de que recibieran los aplausos más prolongados es un claro indicio de que estas opiniones son ampliamente compartidas”, enfatizó.
También, Still fue categórico: “Actualmente nos dirigimos a algo menos de 3 grados de incremento de la temperatura mundial. Esto sigue equivaliendo a un sufrimiento humano masivo, razón por la cual la COP 28 necesitaba hacer avanzar las cosas”.
El representante de la ONU reconoció que el texto presenta lagunas y eso podría dar margen a una libre interpretación que podría ir en contra de los objetivos del Acuerdo de París. “El texto deja mucho margen a la interpretación. Ya han oído los comentarios del Enviado de Estados Unidos para el Clima en el sentido de que EE.UU. está comprometido con la interpretación más ambiciosa de este texto”, dijo.
Y advirtió: “Si el resto de los países no adoptan este enfoque, las lagunas jurídicas nos harán vulnerables a los intereses creados de los combustibles fósiles, lo que podría hacer fracasar nuestra capacidad de proteger a la población de todo el mundo frente a los crecientes efectos del cambio climático”.
Para poder continuar con los compromisos asumidos, el representante de la ONU hizo hincapié en la importancia de las NDC actualizadas que deben entregar los países miembros del acuerdo en menos de dos años.
“A principios de 2025, los países deberán presentar nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional. Todos y cada uno de los compromisos -de financiación, adaptación y mitigación- deben situarnos en la línea de un mundo de 1,5 grados”, concluyó.