Si hay algo que caracteriza hace unos años a Chile es su vuelco a las fuentes renovables de energía. El país trasandino cuenta con una capacidad instalada de 35.320 MW, donde el 62% de su capacidad instalada corresponde a fuentes renovables (24,1% solar, 22,3% hidráulica, 13,0% eólico; 2,3% biomasa; y 0,3% geotérmica) mientras que el 38 % corresponde a fuentes térmicas (13,0% carbón, 15,1% gas natural y 9,8% petróleo).
Además de este increíble logro que ostenta en 2024, Chile ha apostado a la energía eléctrica para abastecer al transporte público, justamente en el lugar de mayor contaminación del país: Santiago de Chile.
La capital de Chile cuenta actualmente con la segunda mayor flota de buses eléctricos del mundo, después de China. Este logro, anunciado por el ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, revela un hito trascendental en la transición hacia un transporte público más sustentable. La capital chilena ha alcanzado la cifra impresionante de 2000 buses eléctricos en el Sistema RED, representando el 31% de la flota total.
Este avance consolida a Santiago como la ciudad latinoamericana con la mayor cantidad de buses eléctricos. Además, a mediados de 2023, Santiago incorporó a su flota pública 10 buses eléctricos de dos pisos, convirtiéndose así en la primera ciudad de América en contar con este tipo de vehículos, y sumándose a metrópolis como Londres, Hong Kong y Singapur.
En este contexto, un estudio reciente liderado por el investigador Franco Basso del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), publicado en la prestigiosa revista Science y titulado El impacto de la electromovilidad en el transporte público: una estimación de la energía y consumo usando datos desagregados en Santiago de Chile, cuantificó el impacto de la presencia de este tipo de buses en la eficiencia energética para la capital.
Según los resultados del estudio liderado por Brian Vidal, Felipe Feijoo, Raúl Pezoa y Mauricio Varas, el reemplazo de buses diésel por buses eléctricos ha generado ahorros significativos de energía, con estimaciones que indican un ahorro diario de hasta 400.000 kWh al sustituir 1.000 autobuses diésel por eléctricos.
Las variables que tienen mayor impacto en la eficiencia energética son la utilización de aire acondicionado, frenados bruscos, masa del bus y los pasajeros, pendiente de la ruta, entre otras, que son en las que se pierde mayor energía o eficiencia energética.
Impacto en el medio ambiente
El sistema de transporte público de Santiago de Chile, cuenta con alrededor de 7.400 autobuses al 2023, de los cuales aproximadamente el 21% son eléctricos.
El número significativo de autobuses eléctricos que operan en RED se alinea con los estándares locales e internacionales de políticas sostenibles. En particular, esto está en línea con los objetivos establecidos en las últimas Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) de Chile y con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, indica el trabajo.
La electromovilidad en el transporte público se ha convertido en una forma prometedora de reducir la contaminación ambiental. El proceso de transformación iniciado en diciembre de 2022 buscó que 2 de cada 3 buses cumplieran con el estándar eléctrico o Euro VI.
Actualmente, Red Movilidad cuenta con 4.260 buses de alto estándar, superando la meta con 2.411 buses ecológicos o Euro VI y 1.849 buses eléctricos circulando por Santiago. Este cambio ha contribuido significativamente a la reducción de niveles de contaminación ambiental y acústica, según estudios del Ministerio de Medio Ambiente
En el esfuerzo por combatir el cambio climático, son necesarias nuevas fuentes de energía, mejoras en el diseño de vehículos y una tecnología innovadora, son necesarios para reducir las emisiones de carbono relacionadas con el transporte, establece la investigación. El papel de los autobuses eléctricos en el transporte público es importante para tomar medidas, para reducir el cambio climático, agrega.
En particular, los autobuses eléctricos pueden reducir el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono, disminuyendo los contaminantes que dañan el medioambiente y la salud de las personas.
Este estudio es pionero porque, además de estimar el consumo energético para toda la flota, señala los recorridos donde existe un mayor beneficio potencial para nuevas renovaciones de buses. “Dentro de los principales hallazgos se detectó que los servicios que van de oriente a poniente (y viceversa) son los que tienen mayor potencial de reducción en el consumo energético, probablemente debido a la pendiente”, establecen los autores.
Este tipo de investigaciones representan un paso significativo hacia la implementación de políticas de transporte más ecológicas y destacan el compromiso de Santiago de Chile con la innovación y el desarrollo sostenible en el ámbito del transporte público.
Expansión al norte del país
La movilidad eléctrica empezó a llegar a otras regiones. Antofagasta se convirtió en la primera ciudad fuera de Santiago en contar con buses eléctricos. De hecho el 100% de todos sus 42 buses son eléctricos. En el pasado mes de diciembre se dio el debut de 40 buses que cubrirán una ruta de 20 kilómetros desde Altos de la Chimba hasta el Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta, beneficiando a unas 16 mil personas diariamente.
El Grupo Cabal, en colaboración con Zhong Tong Bus, lidera esta iniciativa con una inversión de más de $13 mil millones. Equipados con comodidades modernas como Wi-Fi, aire acondicionado, y puertos USB, estos buses no solo representan un avance en electromovilidad sino también en la calidad de vida de los habitantes de Antofagasta. La compañía Green Energy Transport operará estos buses, apuntando a una experiencia de viaje más segura y cómoda para los usuarios.
En ese sentido, el ministro de Transportes de Chile señaló que las ciudades no van a ser más atractivas ni más sustentables si todos los ciudadanos se desplazan en automóvil. “Eso significa congestión, ruido y contaminación. Necesitamos avanzar justamente en lo contrario”, dijo.
El sistema RED de Santiago tiene planes ambiciosos para el futuro. Se lanzará una licitación para agregar otros 1.000 buses eléctricos que incluirá el 30% de las rutas de la capital. La idea es introducir continuamente nuevas unidades y tecnologías, evitando la concentración del mercado y renovando la flota de manera constante.
La meta audaz es que para 2040 todos los buses del país sean eléctricos, alineándose con las expansiones planificadas del sistema de metro de Santiago.
