En los últimos años, América Latina y el Caribe han mostrado un avance destacado en la adopción de energías renovables, destacándose por sus esfuerzos en la transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible.
En 2023, la región generó el 62% de su electricidad a partir de fuentes renovables, más del doble que el promedio mundial del 30%. Este logro se debe no solo al legado histórico de la hidroeléctrica, sino también a un creciente impulso por las energías solar y eólica, que han ganado terreno rápidamente en varios países de la región.
El informe Global Electricity Review 2023 de Ember muestra cómo América Latina ha logrado posicionarse como un líder en la generación de electricidad limpia. Según los datos, la región ha superado con creces los promedios mundiales en cuanto a la penetración de las energías renovables. Si bien la mayor parte de esta energía proviene de fuentes hidroeléctricas, las energías solar y eólica también están contribuyendo significativamente al cambio en la matriz energética de la región.
“La región sigue manteniendo su posición como líder en energías renovables, principalmente gracias a la hidroeléctrica, pero también vemos un impulso hacia la energía solar y eólica”, señala Dave Jones, uno de los autores del informe. El crecimiento de estas fuentes ha sido notorio, con un 43% de la electricidad de la región proveniente de hidroeléctricas, un 8% de energía eólica y un 6% de energía solar.
Brasil y Chile a la vanguardia
Brasil y Chile son dos de los países que destacan por su éxito en la adopción de energías renovables, en particular eólica y solar. En el caso de Brasil, el país ha experimentado un crecimiento notable en la generación de energía eólica, pasando de un 3,7% en 2015 a un impresionante 13% en 2023. Además, la energía solar en Brasil creció exponencialmente, pasando del 0,01% en 2015 a un 7,3% en 2023.
Este impulso hacia las energías renovables en Brasil está relacionado con la crisis energética de 2001, cuando las sequías severas afectaron la disponibilidad de hidroeléctricas. En respuesta, el país adoptó el Programa de Incentivo a Fuentes Alternativas de Energía (Proinfa), que fomentó la inversión en proyectos de energía eólica y solar, lo que ha permitido al país diversificar su matriz energética y reducir su dependencia de las fuentes tradicionales de energía.
Por su parte, Chile ha logrado avances sorprendentes en la energía solar. En 2023, el país alcanzó un 20% de participación solar en su matriz eléctrica, convirtiéndose en uno de los países con mayor participación de esta fuente de energía. En 2015, la energía solar representaba apenas un 1,9% de la electricidad generada, pero en solo ocho años, Chile logró incrementar esa cifra a más del 20%. Este aumento se ha visto impulsado por políticas públicas que fomentan la inversión en energías renovables y por un entorno natural favorable, con altas radiaciones solares en el norte del país.
A pesar de estos logros, la transición hacia las energías renovables en América Latina no ha sido homogénea. Algunos países han avanzado rápidamente, mientras que otros han quedado rezagados. En el informe de Ember, se destaca que países como Uruguay, Chile y Brasil han superado con creces el promedio regional en la adopción de energías eólica y solar. Uruguay, por ejemplo, ha alcanzado un 39% de energía renovable, mientras que Chile y Brasil han logrado un 32% y 21%, respectivamente.
Sin embargo, hay países que aún enfrentan desafíos significativos para impulsar la transición energética. Ecuador, Colombia, Guatemala y Perú, por ejemplo, han logrado avances mucho más lentos, con cifras de penetración de energías renovables que rondan solo el 1% al 5%. La falta de políticas públicas adecuadas, la insuficiente inversión en infraestructura y las limitaciones tecnológicas son algunos de los factores que explican este rezago.
Argentina: un impulso renovable en 2024
Argentina ha comenzado 2024 con un buen desempeño en cuanto a la generación de energías renovables. Según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), hasta mediados de 2024 el 15,1% de la demanda eléctrica del país provino de fuentes renovables. Este porcentaje representa un crecimiento interanual del 20,6%, impulsado principalmente por la energía eólica. Además, se espera que la capacidad de generación de energía renovable continúe creciendo, con nuevos complejos eólicos y solares en desarrollo.
Aunque Argentina aún se encuentra en una fase inicial de transición energética, los números muestran que el país está en el camino correcto hacia una mayor penetración de energías limpias, lo que podría ayudar a reducir la dependencia de fuentes fósiles, como el gas.
Uno de los principales desafíos para América Latina es la necesidad de políticas públicas más robustas que faciliten la expansión de las energías renovables, aseguran los expertos. Como señala el informe de Ember, países como México aún no han logrado impulsar la energía solar a su máximo potencial, a pesar de contar con un enorme potencial en este campo. En contraste, Brasil ha demostrado que las políticas de incentivos y subastas pueden ser muy efectivas para acelerar la transición hacia fuentes limpias.
El desafío para la región en los próximos años será continuar invirtiendo en energías renovables a medida que aumenta la demanda eléctrica. Según los expertos, si América Latina quiere evitar una mayor dependencia de los combustibles fósiles y minimizar el impacto ambiental, será necesario seguir invirtiendo en energías renovables de manera constante.
Esto no solo permitirá asegurar el suministro energético, sino también contribuirá a la descarbonización de la región, alineándose con los objetivos globales de reducción de emisiones de carbono y limitación del calentamiento global a 1,5°C para 2050.
Si bien América Latina ha logrado importantes avances, el camino hacia una transición energética sostenible sigue siendo largo. A nivel mundial, la energía renovable representó el 30% de la electricidad generada en 2023, lo que es un logro significativo, pero aún insuficiente para frenar los efectos del cambio climático. Para lograr los objetivos de descarbonización y transición a una economía limpia, la región deberá seguir trabajando en la diversificación de sus fuentes de energía, con especial énfasis en la solar y la eólica.
El crecimiento de las energías renovables en América Latina no solo es crucial para la lucha contra los efectos del cambio climático, sino también para garantizar la independencia energética y reducir los costos de importación de combustibles fósiles. Con el impulso de políticas públicas efectivas, la colaboración internacional y la inversión en infraestructura, la región tiene el potencial de convertirse en un referente mundial en la producción de energía limpia y renovable.
Los números de 2023 y los que comenzarán a publicarse cuando termine 2024 en América Latina y el Caribe demuestran el interés en la adopción de energías renovables, con una combinación de recursos naturales favorables y políticas de incentivo que permitan avances significativos en la transición energética.
Sin embargo, aún existen desafíos, especialmente en aquellos países que no han logrado avanzar al mismo ritmo. La clave para el futuro de la región será continuar impulsando la inversión en energías renovables, mejorar las políticas públicas y garantizar que todos los países de la región puedan beneficiarse de una transición energética sostenible y equitativa.